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RETRATOS HABLADOS

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* Como aves de rapiña

 

La disputa por el poder en nuestro país tiene un mucho de la que protagonizan los herederos de un pariente rico cuyo cuerpo, todavía caliente luego del último aliento, es presa de verdaderos buitres que buscan a toda costa quedarse con sus pertenencias. Para el caso es el grueso de la población el moribundo sobre el que vuelan ambiciosos personajes alados, que quieren asumir su representación en un congreso plagado de estas alimañas.

            Resulta una carnicería sobre los restos de quien apenas puede abrir los ojos y expresar palabras. Todos en pos de sus bienes, los pocos o muchos que le quedan, sin respeto alguno a su memoria, sueños, ambiciones o proyectos que pudo haber tenido en algún momento.

            En esos instantes, precisos porque incluso son contados por días en temporada de campañas electorales, el que será difunto recibe todo tipo de palabras bienhechoras que le reconocen su reciedumbre y temple para enfrentar el reto simple de la vida.

            Pero a los buitres parientes, o parientes buitres, poco les importa en muerte quien no les interesó en vida. De tal modo que el refrán aquel de “en vida hermano, en vida”, sólo es eso, un refrán al que se recurre para evocar los pormenores de una existencia aplastada desde sus inicios por la ambición de los que esperaban pacientes a que enfermara, y finalmente muriera.

            México es un país que ha sido aplastado durante décadas y décadas por un ejercicio político ligado a la rapiña, y por eso estamos como estamos.

            Porque para muchos es posible incluso derramar gruesas lágrimas por el que se va a o está a punto de partir, pero el hecho sustancial es que no les importa si su destino es el cielo o el infierno, que en resumidas cuentas ya vivieron la agonía de las llamas devoradoras en una existencia carente de todo sentido y destino.

            Hoy surcan los cielos del país decenas de aves de mal agüero, enfundadas en promesas y compromisos que saben, de antemano, que no cumplirán, porque además que no les interesa hacerlas realidad, son simplemente parte de discursos que lleven al moribundo rumbo a las urnas el 7 de junio.

            Y esa relación de afecto-odio que elección tras elección traba el candidato, la candidata con el que vota, habrá de esfumarse conocidos los resultados. Si para bien del que ambiciona un cargo igual, si no, todavía peor.

            Por eso el agotamiento del ejercicio político en la nación, la incredulidad de la ciudadanía, el uso de estrategias de plano vergonzosas, de los falsos testimonios, de lo que se ponga a la mano con tal de quedarse con lo que pudiera haber heredado un cadáver maloliente y sin ya más que dejar a sus herederos.

            Cada cual se apunta con su vestimenta de ave de rapiña, pero el objetivo y destino es el mismo desde hace ya demasiado tiempo.

            Lo poco que circule de vida en los restos de quienes conforman en su mayor parte el país, no alcanzará para decir a los parientes urgidos de ser inscritos en el testamento si algo les toca o nada.

            Para el final del día se disputarán túnica y lo que se pueda del que murió sin que nadie, absolutamente nadie se diera cuenta.

            Y eso es una lástima.

            Igual que con el pariente al que rondaron ponzoñosas aves en lucha terrible por lo que aún pudiera dejar. Lo que sea es bueno, dirán.

            Lo que sea.

 

Mil gracias, hasta mañana.

 

peraltajav@gmail.com

twitter: @JavierEPeralta