* El poder luego de cerrar los ojos
A veces, cuando nos ocurre algún incidente que nos nos coloca en actitud de adiós eterno, pensamos que las cosas de la vida terrenal seguirán por el mismo rumbo, con las mismas peleas en el asunto político por el poder, que tanto ocupó nuestro tiempo.
Es decir que finalmente, así lo creemos porque estamos seguros ya no habrá reversa en esto de partir, ganó la ambición, la codicia, la locura que siempre ocupa la mente del que asume un cargo de poco, mucho o absoluto poder.
Y pensamos que la historia se repetirá hasta la saciedad, hasta el hartazgo, hasta que algún día todo se acabe, se cierre la cortina y alguien apague la luz.
Sin embargo ni uno se fue, ni el mundo, el país, acabó por locos que quieren mandar, de tal modo que hay otra oportunidad para hacer lo que se pueda desde la trinchera donde trabajamos, por hacer comprender a los poderosos, a los no poderosos; que la vida es una oportunidad de construir una sociedad justa, es decir igualitaria, es decir la simple posibilidad de que aún estemos a tiempo de salvarnos.
Cambian las cosas, la perspectiva de todo cuando pensábamos no cargar a los peregrinos, y de pronto saltamos el año para encontrarnos en la pista de arranque del 2019.
A lo mejor es lo que le haría falta a todos: desconectarse, confirmar que nuestros muertos nos esperan, que después de tantas dudas luego de cerrar los ojos se abren de nuevo en otro lugar y entonces es posible valorar la realidad pasajera que aquí tenemos.
Uno mirará de otra manera el quehacer cotidiana, pero todo seguirá igual.
Sin embargo nos debemos cuando menos a nosotros, la posibilidad de renovar la vocal por alzar la voz, hacer entender que con todo y que la historia ha sido la misma, la lucha por el poder siempre acaba por dejar amargura a los más.
Solo las buenas personas viven en paz. Y ser político no está reñido con esa cualidad.
Cualquiera puede pelear e incluso ganar esa altura desde la que casi cualquier ser humano se transforma en lo que no es.
Una persona buena entiende que no deja de ser el mismo, el que ayer saludaba a todos.
Es lo que uno descubre cuando abre los ojos y se hace el milagro de poder decir: BIENVENIDO 2019!
CITA:
A lo mejor es lo que le haría falta a todos: desconectarse, confirmar que nuestros muertos nos esperan, que después de tantas dudas luego de cerrar los ojos se abren de nuevo en otro lugar y entonces es posible valorar la realidad pasajera que aquí tenemos.Mil gracias, hasta mañana.
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@JavierEPeralta
