• Más del Congreso: hoy con dos presidentes
Entonar el Himno Nacional se ha convertido en una práctica constante para rendir homenaje a las acciones heroicas que en algunas ocasiones se presentan en nuestro país. Es un homenaje a personas que, aun a costa de su vida, han hecho el bien en un grupo humano; es el reconocimiento al buen proceder que puede registrarse en el país que hoy vivimos. Es pues un elemento que los mexicanos hemos decidido utilizar solo en ocasiones fundamentales, vitales, históricas en nuestra vida personal.
Sin embargo, utilizarlo a la menor provocación y sin una causa real de la que una sociedad pudiera enorgullecerse, empieza a ser una constante entre personajes que se hacen pasar por algo que no son.
El Grupo Universidad, hoy principal autoridad de Morena en Hidalgo, decidió que para “coronar” la toma que habían hecho de la Junta de Gobierno del Congreso de la entidad, nada mejor que entonar el Himno Nacional y mirarse como verdaderos héroes de una historia que aún está por cerrarse.
Cuando de alguna forma esperábamos un arreglo político que permitiera destrabar la disputa por la dirección de la Cámara de Diputados, las cosas quedaron igual o peor, al grado que hoy mismo existen dos Juntas de Gobierno, cada una de las cuales se dice la auténtica y verdaderamente legal.
La incapacidad mostrada por cada uno de los diputados y diputadas para dirimir sus desavenencias a través del diálogo, de la negociación, hace ver el nivel que tendrá la actual legislatura, además de observarse de manera abierta la presencia como Poder absoluto y real en el partido del Presidente López Obrador, del ex rector, Gerardo Sosa Castelán.
Mal hizo en decir el hoy segundo titular de la segunda Junta de Gobierno, Humberto Veras Godoy, que nada tiene que ver su mentor en las actividades del Congreso estatal, porque si llegó primero a rector, y ahora a la diputación local, fue porque el Presidente del Patronato Universitario así lo dispuso.
Así que no nos engañemos.
Sin embargo lo preocupante, además de todo el show montado por cada uno de los partidos políticos, es la actitud ordenada por Sosa Castelán a su bancada de Morena, que consiste en aplastar al ponente, avasallar, mayoritear, no escucharlo, ignorarlo en el mejor de los casos.
Y todo lo anotado va justo en contra de las directrices que AMLO recomendó a sus diputado y senadores. Porque Hidalgo es la primera muestra de que el cambio no es cambio, sino simplemente el “quítate tú, para que ahora mande yo”.
Como tal es de esperarse que, de prosperar el asalto al poder, no cumplan con pacto alguno de que al presidencia se cambie cada año y favorezca a los otros partidos. El jefe mayor de los morenistas se apoderó hace más de 36 años de la UAEH y no ha permitido cambio alguno. Lejos de ello es una práctica constante la represión en contra de quien se atreva a cuestionarlo.
A lo anterior habrá que sumarla tendencia del Jefe Mayor de Morena en la entidad, de entender que tener en sus manos el Poder Legislativo lo convierte casi en automático en la máxima autoridad de Hidalgo. Y no es así, lo sabe bien, pero está seguro que es el primer paso para arrancar toda una estrategia que amarre de manos al Poder Ejecutivo, y en una de esas lograr apoderarse del mismo.
No estamos pues ante un grupo de legisladores idealistas, llenos de esperanzas en un cambio real para los hidalguenses. Son simplemente el puente para que un grupo político, hoy más poderoso que nunca, imponga sus decisiones y extienda su territorio más allá de todos los campus universitarios.
Morena está a mereced del Grupo Universidad, específicamente de su dirigente, Gerardo Sosa Castelán, y eso ya todos lo saben, seguramente también el Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador.
A Morena en Hidalgo no lo guía una ideología, sí un plan estratégico de quien hoy lo dirige a trasmano, que busca apoderarse del poder a como dé lugar, y cueste lo que cueste.
Así las cosas.
Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta
CITA:
Sin embargo lo preocupante, además de todo el show montado por cada uno de los partidos políticos, es la actitud ordenada por Sosa Castelán a su bancada de Morena, que consiste en aplastar al ponente, avasallar, mayoritear, no escucharlo, ignorarlo en el mejor de los casos.
