• ¿Es posible un camino común Gobierno-Grupo Universidad?
Hay una tregua evidente entre el gobierno del Estado, y el grupo político denominado Universidad, para estas alturas sucesor casi natural del llamado Huichapan. Tregua, si se quiere, ordenada de manera directa por el Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, que permitió también al gobernador, Omar Fayad Meneses, aclarar cara a cara con el futuro Jefe de la Nación, las versiones tendenciosas que lo habían colocado como responsable de supuestos sabotajes en eventos del entonces candidato presidencial.
López Obrador conoce a estas alturas, de primera mano, quién es quién en tierras hidalguenses y ha mostrado una apertura real para apoyar los proyectos de la actual administración estatal, a la vez que decidió bajarle los humos a quienes ya se apresuraban a cobrar los favores otorgados al ganador de la elección del 1 de julio.
La tregua era necesaria, porque un clima de rijosidad simplemente no permite caminar a nadie. Porque negar en automático cualquier avance en la gestión del gobernador Fayad empezó a rayar en el absurdo, más con los recientes anuncios de nuevas inversiones y la generación de empleos.
Porque hoy como nunca, la ciudadanía evaluará a sus gobernantes por hechos constantes y sonantes, por el familiar que ya tiene trabajo, por las posibilidades que se abren para quien, quincena a quincena, puede cobrar un salario.
Hay un espacio importante para que cada una de las partes haga una evaluación sana y constructiva; espacio vital para observar que en ninguno de los polos pueda existir la maldad o la incapacidad absoluta. No es así, no puede ser así.
Resultaría difícil convocar a una reconciliación porque la obsesión del poder ha entorpecido la capacidad de discernir con calma en el Grupo Universidad, aunque no es imposible. Ver todo en color oscuro no es sano para nadie, tampoco lo contrario. De tal modo que un punto intermedio que fomente la discusión saludable, sería el principio de muchas cosas.
En alguna ocasión escribimos que no hubo mejor época para la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, que cuando unieron fuerzas el entonces rector, Gerardo Sosa Castelán, y el ex gobernador, Jesús Murillo Karam. Fue, sin duda, el momento histórico en que la UAEH dio el paso sustantivo para convertirse en una institución de primer nivel.
Funcionó, aunque con un evidente distanciamiento posterior de ambos personajes.
Nuestra Máxima Casa de Estudios, no pude, no debe mantener la tendencia a ser la caja de resonancia de un grupo empeñado en llevar a su líder a la primera magistratura estatal. Es posible que algún día lo consiga, pero es necesario retomar la posibilidad de una sana colaboración para arribar a un mejor Hidalgo.
Puede sonar absurdo a estas alturas, pero no imposible.
Si a tiempo se descubre que las pugnas estériles solo desgastan y desvían el camino, estaríamos en condiciones de observar, luego de mucho tiempo, el reencauzamiento de esfuerzos con un solo objetivo: los hidalguenses.
El gobernador Fayad ha dado muestras claras de una característica que resulta vital en la consecución de este objetivo: le gusta hablar directo, a la cara, sin rodeos de ningún tipo. Y eso, por muchas razones, que se abre paso a un diálogo necesario y vital no solo con el Grupo Universidad, sino con todas las fuerzas que de verdad tengan como objetivo lograr el progreso y desarrollo de nuestra entidad.
Puede ser la única y última oportunidad de que así suceda.
Un gobernador fuerte, dueño real del poder, hace viable lo anotado.
Sucedió con Jesús Murillo, con toda seguridad el ex gobernador con más atributos intelectuales que ha tenido el Estado. Puede suceder con Omar Fayad, que trabaja en ese mismo nivel.
Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta
CITA:
El gobernador Fayad ha dado muestras claras de una característica que resulta vital en la consecución de este objetivo: gusta hablar directo, a la cara, sin rodeos de ningún tipo. Y eso, por muchas razones, abre paso a un diálogo necesario y vital no solo con el Grupo Universidad, sino con todas las fuerzas que de verdad tengan como objetivo lograr el progreso y desarrollo de nuestra entidad.