• AMLO no entregó Patento de corso a nadie
La semana que termina, por muchos sentidos es una muestra evidente, de que las disputas políticas pueden ser arregladas mediante la sensatez, la prudencia, y sobre todo la disposición para no incrementar más la tensión.
Es cierto, la suspensión de la marcha universitaria no fue producto de que las autoridades de la institución educativa recapacitaran por iniciativa propia, y por el contrario la orden fue directa y definitiva desde la Ciudad de México: sacan a los alumnos y maestros de sus movimientos políticas, o se atienen a las consecuencias.
Y ni hablar.
Dieron marcha atrás, o como ahora escriben con la palabra dominguera de moda: recularon.
Sin embargo, y con todo y que les hayan aplicado su propia medicina de “voluntariamente a la fuerza”, los integrantes del Grupo Universidad aceptaron que se habían equivocado no solo en convocar a la marcha, sino en querer quitarle hojas al calendario para hacerse de la gubernatura cuatro años antes que termine la administración del gobernador Fayad.
Así que “recularon”, es decir que dieron marcha atrás en sus intenciones.
Hoy por lo mientras el panorama, cuando menos en este asunto, se encuentra tranquilo. Sí, es evidente que vendrán tiempos complicados, pero como que se adivina que el Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, ya envió el primer mensaje a quienes quisieron cobrarse a lo chino los favores que le hicieron en temporada de campaña: “no se pasen de listos”.
Vaya pues que nadie puede plantear la posibilidad siquiera de que recibió de manos del futuro Jefe de la Nación una patente de corso para hacer y deshacer a su antojo. No señores, por ahí no va ni irá el asunto.
Hay pues un clima de tranquilidad, de posible capacidad de entendimiento de todas las partes para cumplir cada cual sus responsabilidades, sin ver en el otro a un enemigo.
Cierto, la nueva legislatura local se dejó manejar por un espíritu de revanchismo por adelantado, de cobro de ofensas supuestamente recibidas, que juraron que traducirían en un paralizar al Poder Ejecutivo, rechazarle cualquier iniciativa que enviara, llamarlo una y mil veces a comparecer; trabar pues la administración estatal.
No será así.
El que manda, manda, y hoy por hoy saben que le deben todo, absolutamente todo a AMLO y que darle la espalda con actitudes que solo le generaría problemas, sería algo así como auto sabotearse.
De tal modo que las cosas se empiezan a acomodar.
No estamos ante un “quítate tú para que yo me ponga”. No, y eso es bueno.
Un principio básico de la política es que nadie puede ostentar el monopolio de la maldad ni la bondad; nadie puede afirmar que aquel solito conjuntó todo lo negativo.
No es así y nunca ha sido así.
Esperemos que estos buenos augurios de la semana, nos lleven de lleno a un nuevo panorama post electoral. Al menos hay esperanza de que así sea.
Mil gracias, hasta el próximo lunes.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta
CITA:
Vaya pues que nadie puede plantear la posibilidad siquiera de que recibió de manos del futuro Jefe de la Nación una patente de corso para hacer y deshacer a su antojo. No señores, por ahí no va ni irá el asunto.
Hay pues un clima de tranquilidad, de posible capacidad de entendimiento de todas las partes para cumplir cada cual sus responsabilidades, sin ver en el otro a un enemigo.