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RETRATOS HABLADOS

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    •    PRI-Morena, raíces y razones


La reconfiguración política en Hidalgo es una realidad que se veía venir desde hace mucho tiempo, aunque una reconfiguración sui generis, porque no se rige bajo los principios de cambios en el plano ideológico, sino simple y sencillamente de grupos que han peleado eternamente por el poder, y que tienen una misma raíz y razón de ser.
    Cuando el Revolucionario Institucional decidió abandonar los principios que le dieron vida, es decir los reclamos de la población más marginada, el espíritu de la Revolución Mexicana que como quiera fue su guía hasta antes de la implantación del neoliberalismo económico a raja tabla, supo que sin un rostro realmente comprometido con los más, estaba condenado al fracaso.
    El caso hidalguense sin embargo es atípico, porque la oposición ahora encarnada en un partido como Morena, es la misma que desde siempre ha existido entre grupos emanados del que tuvo su origen en Huichapan con Javier Rojo Gómez y posteriormente Jorge Rojo Lugo, ambos tótems de la política local, y de donde se desprenden las raíces de todos los personajes de la política local que hoy detentan el poder o lo buscan con desenfreno.
    Ninguno de los que hoy son poder real en partidos como Morena, PRI, PRD, incluso el PAN, pueden negar que directa o indirectamente tienen que ver con la bendición de Rojo Lugo, tal vez el último de los político que logró convertirse en mito, en leyenda, pero también en factor decisivo en todo proceso electoral.
    Heredero directo de la capacidad para lograr los caminos hacia victorias tricolores, el ex gobernador Jesús Murillo Karam, agregó a ese poder mítico, la capacidad de ser un verdadero ideólogo político del Revolucionario Institucional, que seguramente es para estas alturas la única alternativa de refundar al tricolor, luego de ser sacrificado en el sexenio del Presidente Peña, al cumplir la encomienda de hacer la investigación más amplia en la historia del país sobre el caso Ayotzinapa, que por supuesto fue descalificada de manera mediática sin bases claras para esa acción.
    Murillo Karam, al igual que Rojo Lugo, supo impulsar a nuevos cuadros en la entidad, a personajes con potencial que le permitieron a su partido mantener en sus manos el Poder Ejecutivo hasta la fecha, no sin desencuentros con quienes primero le manifestaron su absoluta lealtad, y luego encabezaron la lucha más encarnizada en su contra, y es el caso de Gerardo Sosa Castelán, quien tuvo lo más amplios logros al frente de la Universidad Autónoma de Hidalgo, gracias al apoyo y guía del realmontense. Después el asunto de la senaduría los alejó de manera definitiva.
    El ex mandatario estatal decidió alejarse del escenario político, en parte por razones de salud, pero también por observar una descomposición dramática del partido en que ha militado toda su vida. La pérdida de rumbo ideológico le preocupaba y preocupa. El pragmatismo a ultranza nunca fue algo que le convenciera.
    Es pues evidente que será factor clave en la refundación nacional del PRI, que sin duda tendrá como personaje que la encabece al también ex gobernador Miguel Ángel Osorio Chong, de quien hoy mismo el propio Andrés Manuel López Obrador se pregunta por qué no fue su rival en la contienda electoral.
    En nuestro Estado, al igual que en el resto del país, tendrá que suceder lo mismo, porque con todo y los resultados, hay una base militante muy amplia y no solo entre personas de edad, sino entre jóvenes que solo esperan que se recupere la capacidad de tener ideales en un partido que en voz de sus padres y abuelos, supo ser leal con ellos.
    La tarea tiene que empezar ya. Al final de cuentas la raíz y origen de los que hoy se erigen ganadores, es la  misma de los que curan sus heridas. El cambio real se dará cuando el poder no sea el único objetivo, sino la aplicación en la realidad de una ideología que velaba por los más pobres y necesitados.
Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta

CITA:
Ninguno de los que hoy son poder real en partidos como Morena, PRI, PRD, incluso el PAN, pueden negar que directa o indirectamente tienen que ver con la bendición de Rojo Lugo, tal vez el último de los político que logró convertirse en mito, en leyenda, pero también en factor decisivo en todo proceso electoral.