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RETRATOS HABLADOS

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* Operación, “Más mezcla maistro”

Meticuloso y desconfiado como pocos en la elaboración y aplicación de sus estrategias políticas, el Presidente del Patronato Universitario, Gerardo Sosa Castelán, cometió un error de principiante en la tarea de sufragar los gastos de su más reciente aventura electoral con Morena, al delegar una de las tareas más complicadas y riesgosas como lo es repartir recursos económicos en tiempos de campaña, a uno de sus subalternos con menos horas-vuelo en esos menesteres.
    De acuerdo a versiones confiables, la camioneta tripulada por la coordinadora de Finanzas de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, transportaba no un millón 400 mil pesos en efectivos, para el supuesto pago de albañiles, sino más, mucho más dinero que simplemente ya no tiene ninguna explicación lógica.
    La pobre funcionaria, de nombre Gabriela, y de apellidos M.V, fue colocada en una situación que a nadie se le desea, porque por un lado deberá mantenerse en el dicho de que iba a entregar la raya de maistros de la cuchara y el bote de mezcla, y también, de ser necesario y recibir la orden, asumir un delito electoral cuya responsabilidad sería de ella, y solo de ella.
    Porque habrá que destacarlo, la contadora Gabriela fue una simple pieza utilizada por el encargado por el Presidente del Patronato para implementar la operación que bien podría denominarse, “Más mezcla maistro”, y que a todas luces resultó un fiasco, lo que hace ver que Sosa Castelán simplemente ya no es el mismo de hace 20 y tantos años, cuando lejos de delegar operaciones que de ser erradas complicarían el futuro del Grupo Universidad, él mismo las realizaba.
    A punto de cumplir 63 años el próximo mes de julio, la verdadera y única autoridad en toda la UAEH, hoy mismo experimenta en carne propia lo que es dar un paso al vacío, del que sin duda se recuperará, pero que bien sabe marca una etapa de declive que es natural en cualquier persona, pero es crítico cuando se observa que la posibilidad de ser candidato a gobernador tendrá que esperar más de cuatro años cuando ya tenga 67 de edad.
    Igual que un portero de futbol, el político que llega a la tercera edad y se asoma a la senectud, pierde reflejos, y lo que en algún momento fue pan comido al lanzarse para sacar a tiro de esquina un remate, a estas alturas resulta casi imposible, o bien se designa a un portero sustituto que se traba con los tacos en el paste y cae de boca.
    La operación “Más mezcla maistro” dará mucho más de qué hablar, y sin duda que la contadora Gabriela sabe que está en sus manos de plano transformar esta aventura electoral de su patrón en un infierno, o aceptar todo el costo ella misma.
    Sosa Castelán juega su última carta en esta elección presidencial y de diputados y senadores a nivel federal, así como la renovación del Congreso Local, donde buscará a toda costa hacerse de la mayoría para dar inicio a una guerra vierta en contra del gobernador, Omar Fayad Meneses, mediante el manejo de sus diputados y diputadas.
    Ya no hay marcha atrás. Tal vez incluso la eventual negociación para quedarse con el control de la universidad para estas alturas ya es asunto perdido, porque el personaje que lograba controlar lo que se hacía y dejaba de hacer en esa institución educativa, simplemente ya no es confiable para nadie.
    Hombre obsesionado por conocer hasta los pensamientos más aparentemente simples de toda la estructura universitaria, al parecer ha dejado de tener todos los hilos en la mano y empieza a observar que el imperio construido, después de todo no es tan indestructible como pensaba.
    La mascarada para propalar a nivel nacional una “flagrante” violación a los derechos humanos de una mujer, propagados por dos supuestas defensoras de la libertad de expresión cayó por su propio peso. Hoy mismo muchos que ya colocaban como un modelo de gracia, inteligencia y periodismo combativo a una simple empleada de Sosa Castelán, se habrán dado cuenta que fueron utilizados de manera lamentable por quien no duda en actuar para gusto de su jefe.
    Esta historia apenas empieza.

Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta

CITA:
    La pobre funcionaria, de nombre Gabriela, y de apellidos M.V, fue colocada en una situación que a nadie se le desea, porque por un lado deberá mantenerse en el dicho de que iba a entregar la raya de maistros de la cuchara y el bote de mezcla, y también, de ser necesario y recibir la orden, asumir un delito electoral cuya responsabilidad sería de ella, y solo de ella.