* Nada contra nadie, nadie contra nada
Sopla el viento de la tarde en la ciudad, pero el calor que por fin llegó no cesa, será eterno durante los meses por venir hasta que una vez más decidamos clamar a los cuatro viento por el frío, y luego la rueda de los lamentos dará una nueva vuelta para seguir así hasta quién sabe cuándo.
Hay campañas políticas a lo largo y ancho del estado. Resultan ser los mismos con todo y que de pronto aparecieron supuestos nuevos partidos políticos. Se diría que la gente ya no cree, que ha sido engañada tantas veces que no volverá a participar en la misma mascarada. Pero lo hace, y se apuran los que dicen conocer el origen del todo para lamentarse por la incultura, la pobre educación, la ignorancia, la postración del pueblo dichoso al que por supuesto no pertenecen porque son los del intelecto.
Total que nadie se hace responsable de nada ni de nadie.
No para el calor, pero sopla el viento de la tarde. Algunos árboles se mecen, dejan escapar algo así como suspiros, pero se ven de buen humor, el frío es el que lo pone lúgubres, pesimistas y hoy se ven dispuestos a vivir.
Serán meses en que no sabremos a ciencia cierta si para el 2016 no descubriremos que el país de pronto desapareció, se hizo humo y la constancia será que nadie sentirá culpa alguna. Unos porque decidieron justificar su inacción con eso de habérsela jugado en el rito mecánico de compartir cuanto video y foto llega a su red social contra el sistema, al que dicen odiar más que a nada en el mundo, pero en el que viven, del que muchas veces viven, del que sacan provecho, y muy buen provecho.
Flaco favor nos han hecho con espacios donde es posible comentar cuanta tontería se nos venga a la cabeza sin dar la cara, escondidos, enseñados a ser cobardes, a ser nada, nada de nada.
¿Quién es el que dirige furibundas críticas al poderoso en las redes? Se firma como “Vengador anónimo”, “Silencioso pero valiente”, “El Profe”, “El León de la Selva”. Pero en realidad es nadie, se hace nadie y desde ese escondite da rienda suelta a lo que no puede decir, no ha querido decir de frente.
Las redes nos han convertido en cobardes. Porque ahora pululan las grabaciones donde un sujeto golpea a niños, donde una mujer es agredida en plena calle por energúmenos, y el que graba no se mete, está seguro que con subir a las redes cumple su cometido, su responsabilidad. Pero no hace nada en términos reales.
Nos da miedo todo.
Pero es un gusto sacar teléfono y enfrentar al policía de crucero, otro igual de jodido, gritarle, exhibirlo, vengar todo lo que sea necesario contra otro par, otro que resulta ser nadie igual que uno.
La eterna lucha de jodidos contra jodidos. Igual en las marchas donde los granaderos son la pared contra la que se tiran pedradas, botes de basura, tubos, lo que sea para destruirlos, hacerlos pedazos, desaparecerlos si es posible y al final quede nada, nadie, ni los que atacan ni los que reciben los golpazos, porque ambos son nadie, son nada.
Sopla el viento, sigue el calor, sigue todo lo que se hace eternidad, tiempo inmemorial, tiempo de tiempos.
Mil gracias, hasta mañana.
twitter: @JavierEPeralta
