* Si no es por amor, por la fuerza
Al más puro estilo de los tiempos en que el acarreo era cosa común en las campañas políticas, la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, ha decidido que puede hacer proselitismo a favor de Morena con el uso y abuso de sus alumnos, maestros y trabajadores, amén de usar los medios de información que son propiedad del Patronato Universitario, con planas enteras en donde no tienen cabida más que sus propios candidatos.
Se trata de un reto abierto a las autoridades electorales y al proceso electoral en sí, porque obligar al estudiantado a participar en caminatas por las calles de Pachuca para que el video de la candidata Montealagre cuente con un escenario de supuestas multitudes que de manera “espontánea” la siguen, es algo que simplemente todos pensaba que había quedado en el pasado.
Hay un uso abierto de medidas represivas contra quienes se atreven a disentir de la orden emitida por el Santo Patrono que se aplica de manera constante, lo que se traduce en un clima de verdadero terror en la institución educativa, donde además existe un uso discrecional de recursos económicos a favor de Morena.
De alguna manera deberá investigarse esta situación, porque tal parece que el compromiso asumido por Gerardo Sosa Castelán con Andrés Manuel López Obrador deberá ser cumplido al pie de la letra, para que en cuatro años lo haga candidato a gobernador si, como la tendencia lo precisa, llega a la Presidencia de la República.
Tatiana Clouthier, coordinadora de la campaña de AMLO, ha sido quizá la más sensata cuando reconoció que una cosa es votar por el abanderado presidencial, y otra por los que de pronto se treparon al navío y hoy buscan ser diputados federales, locales y senadores.
Vaya pues que implícitamente reconoció que no todas las adquisiciones hechas garantizan la honestidad intelectual de López Obrador.
En Hidalgo, lo hemos anotado, está en juego la gobernabilidad, porque ya para nadie es desconocido que Sosa Castelán busca a toda costa apoderarse del Congreso Local, para lo que usa y abusa de la estructura universitaria, a fin de hacer ganar a sus candidatos de su propiedad.
Sería el primer paso sin duda alguna en esos planes a futuro que acostumbra idear el dirigente del Grupo Universidad, que por lo mientras aprieta el acelerador con todo lo que tiene a la mano para hacer mayoría en la Cámara de Diputados de la entidad.
Lo grave, lo preocupante, es que al menos por el momento, nadie puede exigirle que rinda cuentas de las ganancias que obtiene a través de las Empresas Universitarias, que son algo así como la caja chica desde la cual ha financiado cada una de sus aventuras políticas.
La cara de AMLO en tierras hidalguenses resulta complicada de aceptar como al propio aspirante presidencial. Porque hace uso de las tácticas más represivas para buscar ganar una elección, y sobre todo hace ver a los futuros profesionistas, que la democracia existe, sí y solo sí, es a su favor.
La educación es el único camino para que un país como el nuestro salga adelante.
De eso no hay duda.
Pero con estas muestras patéticas de manipulación al más viejo estilo de los charros sindicales, echa por la borda un sueño íntimo de los estudiantes, y que es poder elegir en libertad el futuro que tendrán sin duda en sus manos.
En tanto los alumnos como parte de escenarios prefabricados se pueden ver en las calles para que el “feis” de la candidata luzca bien. Son eso: simples comparsas del poderoso.
Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta
CITA:
Hay un uso abierto de medidas represivas contra quienes se atreven a disentir de la orden emitida por el Santo Patrono que se aplica de manera constante, lo que se traduce en un clima de verdadero terror en la institución educativa, donde además existe un uso discrecional de recursos económicos a favor de Morena.
