RETRATOS HABLADOS

* Los malabares de GSC

Para nadie es desconocido que el máximo sueño del líder del Grupo Universidad, Gerardo Sosa Castelán, es no solo convertirse en gobernador del Estado, sino en el sucesor del ex mandatario estatal, Jorge Rojo Lugo, y de este modo convertirse cuando menos por el resto de su existencia, en el factor fundamental que oriente los cambios sexenales en Palacio de Gobierno. Es decir, en el gran elector que algún día fue el de Huichapan.
    Malabarista de la política, el único y real poder en la Universidad Autónoma de Hidalgo desde hace 36 años, ha logrado sobrevivir desde el rompimiento con los ex gobernadores,  Adolfo Lugo Verduzco y Jesús Murillo Karam, para luego empezar una guerra de baja intensidad con Manuel Ángel Núñez Soto; protagonizar un enfrentamiento abierto con Miguel Ángel Osorio Chong, hasta imponerse a Francisco Olvera Ruiz.
    Hablamos de ¡30 años!, en los que, con todo y que ha pulido su estilo de hacer política, no ha dejado de auto representarse como un personaje dispuesto a la inmolación junto con sus seguidores, para desembocar en negociaciones, que siempre le han sido benéficas.
    Y todo lo anterior, bajo el amparo de una militancia de palabra en el Revolucionario Institucional, partido que dirigió al mismo tiempo que daba vida a su propia estructura territorial, ante la complacencia del priísmo que no ha dejado de verlo con temor.
    Nadie había tenido la osadía de atreverse a cuestionar el destino de los recursos que obtiene mes con mes de las Empresas Universitarias, que dirige sin dar cuenta a nadie, a través del Patronato Universitario, organismo al que le fue escriturada hasta la eternidad la UAEH en el gobierno pasado, a través de una reforma a modo de la Ley Orgánica de la institución educativa.
    Sin embargo lo anterior no fue sino la preparación de la estrategia que podría denominarse “Al Poder por Asalto”    , que le permitió, en una de esas jugadas que en un principio parecían el suicidio político de Sosa Castelán, desechar un partido como Movimiento Ciudadano, y apoderarse, en un abrir y cerrar de ojos, de MORENA y hoy mismo tener en la mano diez de las 18 candidaturas a diputados locales con el beneplácito de Andrés Manuel López Obrador.
    Es decir, lo quiera uno creer o no, que quien fundamentó toda su carrera política en la obtención simple y sin complicaciones del poder, hoy, de pronto, está situado en el lado de la oposición militante, incluso con un soporte ideológico que le llegó de gratis al asumirse como único líder moral del movimiento Obradorista en Hidalgo. Lo crea uno, o no.
    A lo anterior se suma, léalo usted bien, la posibilidad real de que en la próxima elección de gobernador en Hidalgo, sea el candidato para suceder a Omar Fayad Meneses, pero sí, y solo sí,  AMLO llega a la Presidencia de la República, si el propio Sosa Castelán no es presa de sus ambiciones, si acepta obedecer las reglas de un López Obrador Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas del país; si logra aceptar que ese sueño  le llegaría casi a los 67 años de edad…
    Y también, por supuesto, que este camino que ha dibujado una y mil veces en sus planes que siempre diseña a 25 años, no tope de frente con un ordenamiento legal que exija a la UAEH, aceptar la existencia de un Órgano Interno de Control, que vendría a dar al traste con todo. Porque sin duda alguna, en el terreno de la política nada se hace sin dinero, sin recursos que puedan fluir libremente.
    De tal modo que si de pronto los ingresos de las Empresas Universitarias son por vez primera auditados, evaluados por lo menos, difícilmente podrá echar mano de esa caja chica, que no lo es tanto, para hacer realidad sus más acariciados proyectos.
    A sus casi  63 años de edad, Sosa Castelán, malabarista natural de la política, podría haber errado dramáticamente al declarar una guerra abierta al gobernador, Omar Fayad Meneses, quien con ocho años menos, ya alcanzó el sueño dorado del empresario universitario, y hoy mismo está a punto de colocar en una encrucijada sin salida al hoy propietario de una nueva franquicia política.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta

CITA:
    Es decir, lo quiera uno creer o no, que quien fundamentó toda su carrera política en la obtención simple y sin complicaciones del poder, hoy, de pronto, está situado en el lado de la oposición militante, incluso con un soporte ideológico que le llegó de gratis al asumirse como único líder moral del movimiento Obradorista en Hidalgo. Lo crea uno, o no.

    
    

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