RETRATOS HABLADOS

* Filosofía para ejercer el poder

El maestro Miguel Ángel Serna Alcántara, en sus textos mensuales que llevan como encabezado general Tiempo Esencial, nos hizo un llamado, en la más reciente de sus entregas, para dedicar tiempo a nosotros mismos en el afán de conocernos, de por lo menos no dejar de preguntarnos a partir de la voz de la conciencia que planteaba Sócrates.
    En sus artículos, que son verdaderas clases de filosofía, el maestro Serna Alcántara invita a dar ese paso fundamental en la tarea de cobrar conciencia del papel que desempeñamos en esta historia, casi siempre maravillosa, que es la vida misma.
    Todos, en algún momento, tendremos que detener la marcha para empezar a preguntarnos cuál es el objetivo de nuestra existencia, el sentido de la misma más allá de los dividendos inmediatos en lo económico o en lo social. Porque explicarnos con honestidad, con el llamado a la verdad y a la mentira, y saber distinguir la diferencia, es una tarea que nos pone de frente con lo finito del paseo vertiginoso que damos del nacimiento a la muerte.
    El deber es conocernos, buscar tener una vida con sentido, como plantea el maestro Serna Alcántara.
    Si llevamos esa pregunta al tema de la política, sería preciso descubrir si cada uno de los que hoy mismo buscan ganar un cargo de elección popular, desde la Presidencia de la República, hasta una diputación local, ha encontrado antes de esa ansia de poder un sentido real a su vida.
    Porque absurdo sería que quieran dar sentido a la existencia de otros, si la propia no tiene ninguno, y ocupar un cargo con la justificación de que quieren entregar todo para beneficio de los demás, simplemente es absurdo.
    De ahí la necesidad de que todo político, hombre o mujer, sepa de filosofía, porque solo quien se conoce a sí mismo puede aspirar a tener tanta influencia en la existencia de otros.
    Los debates no debieran ser en torno al cúmulo de propuestas que difícilmente cumplirán, y mucho menos un torrente de acusaciones de unos contra otros, el lodazal al que nos han acostumbrado y que pensábamos era el ejemplo porque se hizo primero en Estados Unidos, pero que hoy nos damos cuenta era falso.
    Tan falso que una bestia como Donald Trump dirige los destinos de la supuesta nación más poderosa del planeta. Difícilmente el sujeto citado se habrá preguntado alguna vez qué es.
    Hace falta filosofía para que la política pueda recuperar un poco de nobleza, con político sinceramente conectados con la certeza de que vivir es un suspiro, y por eso no puede ser dedicado a otra cosa que darle un sentido, el de la solidaridad, el que tiene miras altas para comprender que el viaje nos otorga la gracia de tener una compañía única que son los semejantes.
    El maestro Serna Alcántara destacó prácticamente desde su primer artículo de Tiempo Esencial, que la enseñanza de la filosofía no existe en universidades cuyo único objetivo es surtir de mano de obra a grandes industrias sin otro objetivo que nutrir el gran engranaje.
    Cierto, es una necesidad, pero no objetivo único de la vida.
    Es deber, necesidad, empezar a preguntarnos quiénes somos, qué deseamos, qué pretendemos en este andar por la existencia.
    Cuestionarse, cuestionar, lleva por necesidad a una comprensión más clara de las cosas, a exigir más inteligencia en los que detentan el poder, o que hoy lo buscan con tanta ansiedad.

    Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta

CITA

Si llevamos esa pregunta al tema de la política, sería preciso descubrir si cada uno de los que hoy mismo buscan ganar un cargo de elección popular, desde la Presidencia de la República, hasta una diputación local, ha encontrado antes de esa ansia de poder un sentido real a su vida.
    Porque absurdo sería que quieran dar sentido a la existencia de otros, si la propia no tiene ninguno, y ocupar un cargo con la justificación de que quieren entregar todo para beneficio de los demás, simplemente es absurdo.

Related posts