RETRATOS HABLADOS

    •    El decreto 683


La precipitada conclusión de la “huelga” en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, de ningún modo representa un borrón y cuenta nueva a las investigaciones que se llevan a cabo en torno al destino de los recursos que el Patronato Universitario obtiene por la explotación de 22 empresas, entre las que destacan restaurantes, salones de fiesta, hoteles, gasolineras, plazas comerciales, estacionamientos, fábrica de muebles y hasta un periódico.
    Sin duda manejadas con inteligencia en los terrenos fiscales y administrativos, de tal modo que no son sujetas de evaluación por ninguna instancia, al no ser consideradas beneficiarias de presupuesto oficial alguno, aunque sí son parte de la UAEH, las empresas universitarias generan, año con año, importantes dividendos económicos, pero que nadie sabe a cuánto ascienden, y mucho menos su destino final.
    Sin embargo todo lo anterior tiene un sustento legal, el decreto número 638, con la iniciativa de nueva Ley Orgánica de la UAEH, por medio de la cual se le dieron plenos poderes al Patronato Universitario para manejar con poder prácticamente absoluto a nuestra Máxima casa de Estudios. Baste repasar algunas de sus facultades y obligaciones del organismo que ha presidido desde su nacimiento, Gerardo Sosa Castelán:
    “Son facultades y obligaciones del Patronato: I. Administrar  el  patrimonio  universitario  y  sus  recursos  ordinarios,   así  como  los extraordinarios que por cualquier concepto pudieran allegarse y realizar las acciones tendientes a fortalecerlo y acrecentarlo;
“II. Formular el presupuesto anual de ingresos y egresos de la Universidad, así como las modificaciones que hubieran que realizarse, tomando como base los planteamientos de la Comisión de Presupuesto del Honorable Consejo Universitario, del Rector y de los  directores  de  escuelas,  escuelas  superiores  e  institutos  de  la  Universidad.    El presupuesto deberá ser aprobado por el Honorable Consejo Universitario;
“III. Designar  al  Coordinador  de  Administración  y  Finanzas  y  al  Contralor  General  de  la Universidad, así como al personal a su cargo;
“IV. Designar al despacho de auditoría externa que verifique el proceso de aplicación de los recursos financieros de la Universidad”.
Hasta ahí la cita, y es evidente que  no hay que ser un genio en materia legislativa, para entender que el decreto citado, y firmado por el entonces gobernador, Francisco Olvera Ruiz, prácticamente le escrituró toda la Universidad en su conjunto no a un Patronato, sino a una persona; a tal grado que esta persona tiene la atribución, en términos simples, de ordenar cómo se deberá usar el presupuesto, designar al Coordinador en la materia, así como al Contralor, y de plano elegir al despacho externo que verificará el correcto uso de los dineros.
Y por supuesto que todo lo anterior es legal, porque obedece a un decreto aprobado por la LXII Legislatura del Congreso local, pero esto de ningún modo implica que sea ético.
Por si lo anterior no fuera suficiente, el Patronato también fue investido con el poder de vender cualquiera de los bienes inmuebles propiedad de la universidad.
Vaya pues que el blindaje que este decreto otorga al organismo con más poder en la UAEH, pareciera a prueba de todo, porque le permite hacer uso de recursos económicos, materiales y hasta intelectuales prácticamente sin ningún obstáculo, como no sea una Junta de Gobierno que también maneja, igual que el Consejo Universitario.
Sin embargo, con esa misma habilidad para lograr una nueva Ley Orgánica que le dio todo el poder a Sosa Castelán, deberá ser en ese mismo rumbo donde se insista en la necesidad de que el Órgano de Control Interno se haga realidad. Porque lo que argumentan las autoridades universitarias como logros inobjetables en transparencia, ya se ve que difícilmente lo son, cuando es una sola persona la que dispone del presupuesto, designa al titular de Administración, al Contralo y contrata al despacho externo que habrá de verificar el que todo se haga correctamente.
Un poder tan grande y con tantos años, simplemente no puede desembocar en un proceder que no sea el que está ligado al autoritarismo, amén de un eventual uso discrecional de los recursos económicos.
La historia apenas empieza.
Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta

CITA:
“…es evidente que  no hay que ser un genio en materia legislativa, para entender que el decreto citado, y firmado por el entonces gobernador, Francisco Olvera Ruiz, prácticamente le escrituró toda la Universidad en su conjunto no a un Patronato, sino a una persona; a tal grado que esta persona tiene la atribución, en términos simples, de ordenar cómo se deberá usar el presupuesto, designar al Coordinador en la materia, así como al Contralor, y de plano elegir al despacho externo que verificará el correcto uso de los dineros”.

    

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