RETRATOS HABLADOS

* PRI: el primer priista es uno

Es cierto, el Partido de la Revolución Democrática y Acción Nacional, al menos en Hidalgo, presentan un resquebrajamiento nunca antes visto, producto de las pugnas internas. Sin embargo es asunto que a nadie extraña a estas alturas, porque la ambición por el poder sin ningún tipo de pudor ha sido una constante entre sus dirigentes iluminados, y por supuesto los caciques que han impuesto su voluntad de manera permanente.

    Es cierto.
    Pero también lo es que el Revolucionario Institucional vive un momento preocupante, que es el reflejo de lo que pasa en el país, donde simplemente no ha sido aceptada la precandidatura presidencial de José Antonio Meade, y no pasa día sin que las encuestas lo ratifiquen en un tercer lugar, lo que evidentemente ha prendido las señales de alerta.
    Resulta palpable, evidente, la pugna que se ha desatado dentro y fuera del priismo hidalguense, donde todos piden mano para intentar tomar decisiones, lo que ha entorpecido la dirigencia a cargo de Leoncio Pineda Godos, quien a ciencia cierta para estos momentos no sabe cuál de todas las señales que le mandan es la buena, porque todos asumen el papel de entrenadores.
    Hay confusión y un sentimiento de desencanto por adelantado, ante un futuro incierto, y en el que a fuerza de golpes de la realidad ha sido aprendida la lección de que lo único seguro… es que nada es seguro.
    A la par MORENA ha decidido abrir sus puertas incluso al dueño de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Gerardo Sosa Castelán, quien sin embargo se mantiene en su papel de manejar a su antojo la franquicia adquirida de Movimiento Ciudadano, y hacer que Andrés Manuel López Obrador celebre sus reuniones en el aula magna Alfonso Cravioto del CEUNI, apena a unos pasos del bunker que mandó a construirse.
    Solo para quien no quiera verlo, es claro que Sosa Castelán empieza a ser el más beneficiado del crecimiento que registra el Movimiento de Regeneración Nacional en la entidad, porque sin aparecer directamente ligado a ningún partido político, incluido el PRI del que no se sabe si aún es o no militante, podría convertirse en una pieza clave de negociación para quien así desee hacerlo.
    El partido de AMLO, ha sido atinado en algunas de sus candidaturas, como es el caso de Julio Menchaca Salazar, ya de manera oficial aspirante al Senado de la República, quien sin embargo habrá de enfrentar a una de las mejores cartas tricolores, encarnadas en la persona de Nuvia Mayorga Delgado. Existe entre ambos un respeto real a la capacidad y la inteligencia, y esto adelanta una de las pocas experiencias gratas en temporada de campaña, porque serán los argumentos parte esencial de su discurso.
    Ni a una, ni al otro, podemos imaginar siquiera con el discurso de una Xóchitl Gálvez incendiaria, quien ya dejó por cierto la delegación Miguel Hidalgo para ser aspirante plurinominal perredista al Senado, con todo y que juró y perjuró se mantendría al frente de esa responsabilidad hasta que concluyera su mandato.
    Cierto, las campañas en forma todavía no empiezan, de tal modo que aún hay tiempo para que entre los tricolores se genere un sentimiento, si no de unidad, cuando menos de intereses comunes rumbo a los comicios del mes de julio. Y sobre todo de certeza en donde la multiplicidad de señales por parte de entes poderosos, deberán ponerse de acuerdo de una vez por todas.
    El ejercicio del poder político por principio de cuentas no puede estar en discusión y este lo posee por naturaleza quien es llamado “el primer priísta del Estado”. No puede, no debe haber discusión ni dudas de ningún tipo en ese sentido. Se trata de un fundamento vital sin el que tiende a desmoronarse todo lo demás si se pone en duda.
    Como nunca este principio básico deberá quedar claro, diáfano, porque los momentos que vienen serán difíciles de por si, pero podrían volverse trágicos para el PRI si antes de intentar un discurso, no se aprende el abecedario que insiste, con sobrada razón, en que la jefatura política que recae siempre en el gobernador.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta

CITA:
El ejercicio del poder político por principio de cuentas no puede estar en discusión y este lo posee por naturaleza quien es llamado “el primer priísta del Estado”. No puede, no debe haber discusión ni dudas de ningún tipo en ese sentido. Se trata de un fundamento vital sin el que tiende a desmoronarse todo lo demás si se pone en duda.
    Como nunca este principio básico deberá quedar claro, diáfano, porque los momentos que vienen serán difíciles de por si, pero podrían volverse trágicos para el PRI si antes de intentar un discurso, no se aprende el abecedario que insiste, con sobrada razón, en que la jefatura política que recae siempre en el gobernador.

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