RETRATOS HABLADOS

    •    MAO, de lealtades e institucionalidad


Seguramente hoy se hará oficial la salida del ex gobernador hidalguense, Miguel Ángel Osorio Chong, de la Secretaría de Gobernación, cargo en que se mantuvo durante casi todo el sexenio del Presidente Peña Nieto, y de donde se consideró casi de manera constante que sólo renunciaría para ser candidato a la Presidencia de la República.

    Ahora la posibilidad única es que sea aspirante al Senado, y con todo y que habrá de convertirse en una pieza clave de la política mexicana, con un peso específico al liderear seguramente a los senadores, Osorio Chong será durante mucho tiempo el único hidalguense que haya aspirado de manera real a la primera magistratura del país, con el apoyo casi absoluto de la militancia priísta, pero en un momento en que pareciera que eso, ser reconocido militante, es el principal obstáculo en un partido que decidió avergonzarse de los hombres y mujeres que le dan sustento.
    Quien fuera responsable de la política interior del país por casi seis años, caso único en la historia reciente del país, hoy es un hombre muy diferente al que gobernó la entidad. Incluso es otro, al convertirse en el político con más conocimiento de la situación del país en áreas tan vitales como la seguridad.
    También es quien tiene el pulso claro de los asuntos políticos y sociales, lo que de arranque le otorga una presencia importante en prácticamente todo el país.
    Al tiempo que la imagen del virtual candidato presidencial del PRI a la Presidencia, José Antonio Meade, sufre para lograr agenciarse las simpatías de sus propios correligionarios, pareciera que la de Osorio Chong empieza a crecer al ser considerado como un “Rey sin Corona”.
    Su presencia en el Senado de la República, dará origen a la consolidación de un poder real, el del legislativo, pero como nunca con un líder en la Cámara Alta que, casi nada, estuvo a punto de ser Jefe de la Nación.
    Sin embargo, para fortuna del Revolucionario Institucional, se trata un político hecho a la vieja usanza, que fundamenta su trayectoria en dos elementos que para muchos son cosa del pasado: la lealtad y la institucionalidad.
    No. En ningún escenario se le observa como alguien que jugará las contras al que resultó candidato, porque se trata de un priísta convencido de las posibilidades de un partido como el suyo, siempre y cuando se rescate la idea de una política nacionalista, ajena a los pragmatismos de los neoliberales.
    Osorio Chong es uno de los últimos exponentes del PRI que tenía una idea clara del concepto de PATRIA, y que pese a excesos cometidos por algunos ex Presidentes, estaban ciertos que México no es una simple palabra, sino el concepto exacto del hogar que tenemos por haber nacido en un territorio que lleva ese nombre.
    Educado en escuelas públicas, militante tricolor desde los cargos más humildes, es un político de carrera, de esfuerzo, y en ningún momento avergonzado de haber surgido de las filas del tricolor. Por el contrario.
    Con todo y lo que representa la postulación de un candidato que nunca militó en el Revolucionario Institucional, el hoy seguramente ex titular de la Segob, mantiene como valor fundamental de su historia personal la lealtad, la institucionalidad… pese a todo.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta

CITA:
    Al tiempo que la imagen del virtual candidato presidencial del PRI a la Presidencia, José Antonio Meade, sufre para lograr agenciarse las simpatías de sus propios correligionarios, pareciera que la de Osorio Chong empieza a crecer al ser considerado como un “Rey sin Corona”.
    Su presencia en el Senado de la República, dará origen a la consolidación de un poder real, el del legislativo, pero como nunca con un líder en la Cámara Alta que, casi nada, estuvo a punto de ser Jefe de la Nación.

    

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