* A tundirse a puras pedradas
Si Cristo le solicitara a los dirigentes de cada uno de los partidos políticos que hay en el país, tirara la primera piedra al jefe de la actual administración presidencial, siempre y cuando estuviera libre de culpa, es un hecho que ninguno lo podría hacer si entendieran al menos lo que les pidiera el Mesías, aunque no faltaría el cínico que gustoso se aprestaría a lanzas no una sino todas la que tuviera a la mano.
El hecho real es que ninguno de los institutos partidistas cuenta con la calidad moral para intentar siquiera hacer un juicio de uno de los suyos que funge como Presidente de la Republica.
Principal acusador del camino sin rumbo que vive la nación, el Partido Acción Nacional parece no darse cuenta, aunque seguramente solo se hace el desentendido, del camino sin retorno en que sus presidentes, Fox y Calderón, dejaron a la nación, para coronar el andar sin brújula con quien los sucedió en el poder.
Es decir no asumen responsabilidad alguna de lo sucedido en dos sexenios tenebrosos y plagados de corrupción nunca investigada, y menos con los convenios que seguro hicieron con sus herederos priístas.
Alguien me comentaba que entre tricolores y blanquiazules no hay diferencia, salvo que los segundos gustan de darse aires de pureza y honestidad, aun cuando nadan en la porquería con singular gusto.
Pasos similares sigue el PRD ya sin Andrés Manuel López Obrador, con una dirigencia maloliente y carente de todo escrúpulo para tranzar y caminar con aires de revolucionarios, que si acaso lo son es por su procedencia del institucional.
De los demás mejor ni hablar, salvo Morena que es AMLO y AMLO que es Morena.
Sin embargo en estos tiempos de cinismo, fariseísmo y plagado de gesticuladores, todo estarían dispuestos a tomar cuanta piedra tuvieran a su lado, para lapidar en vida al que hoy se pone como pecador entre pecadores. En una de esas se desata una guerra campal con apedreados a diestra y siniestra.
Porque en el acto central del cinismo, todos piden mano.
A lo anterior por supuesto habrá que sumar estos nuevos tiempos de las redes, donde nadie tiene empacho en linchar a quien se le ponga enfrente, al fin que el anonimato los defiende para cometer cuanta tropelía puedan hacer.
Pero el hecho central es que en estos tiempos previos a los “destapes” de candidatos presidenciales y que los lodazales se presentan un día sí, y el otro también, empezamos a sospechar que si con obediencia ciega creyéramos en lo que se dice de éste y el otro, luego entonces todo estaría condenado al fracaso.
Y esa reacción por supuesto que no es gratuita.
Porque se han ganado a pulso esa idea que el grueso de la ciudadanía tiene en la mente, cuando el político que apenas hace unos meses presumía de honesto, resulta que tiene casas, departamentos, terrenos y edificios al por mayor, y para justificarlos asegura que ahorró sus domingos desde que era niño.
Por lo mientras habrá que cuidarse, andar con casco, porque la guerra de pedradas puede desatarse en cualquier momento.
Se saben pecadores, pero también practican que la mejor defensa es el ataque, y luego entonces le tupen al que se le ponga enfrente.
Tiempos complicados los que vivimos sin duda alguna.
Mil gracias, hasta mañana.
Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
twitter: @JavierEPeralta
CITA:
Sin embargo en estos tiempos de cinismo, fariseísmo y plagado de gesticuladores, todo estarían dispuestos a tomar cuanta piedra tuvieran a su lado, para lapidar en vida al que hoy se pone como pecador entre pecadores. En una de esas se desata una guerra campal con apedreados a diestra y siniestra.