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RETRATOS HABLADOS

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SNTE, el tinglado de siempre
MINUTARIO

Igual que el sistema de partidos políticos, el de sindicatos parece vivir sus últimos tiempos, producto, también, del descrédito entre la ciudadanía, y al certeza de que la renovación de dirigencias solo tiene como objetivo encumbrar a una nueva casta de personajes que se dedicarán a todo, menos a la defensa de sus agremiados.
    Justo en estos momentos, la sección XV del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), vive el proceso para elegir a quienes tendrán a su cargo, al menos en teoría, luchar por los intereses del magisterio hidalguense.
    Difícilmente habrá un cambio real, y a la vuelta de la esquina nos encontraremos con que el nuevo ungido para el cargo resultó digno representante de una facción, así como el arranque de una historia de traiciones, en la que no puede considerare ajeno a la posibilidad de ir a parar al reclusorio.
    Igual que en el asunto de los partidos políticos, la opción considerada como de “izquierda” o renovador, que es la Coordinador, resulta estar todavía peor, con sectores radicalizados sin ningún proyecto claro en el terreno educativo-laboral.
    Estamos frene a una situación poco menos que crítica en el sindicalismo en general, no solo el de los profesores.
    Sin embargo, y esto deberá ser anotado con sumo cuidado, se trata del gremio más poderoso en recursos y cantidad de militantes, lo que ha originado no pocos intentos de verdaderos chantajes por parte de empresarios de la construcción, que a toda costa buscaron hacerlos firmar la compra de algunos fraccionamientos para los maestros, o bien pagar cara su negativa con campañas de desprestigio.
    Es pues un botín codiciado por todos, lo mismo en la conveniencia para tiempos electorales, que en los negocios que pueden hacerse con el sindicato quizá con más dinero en sus cuentas bancarias, lo que ha generado capítulos penosos de corrupción.
    Por lo mientras el actual secretario general, Sinuhé Ramírez Oviedo, habrá de dejar el cargo en medio de severos cuestionamientos, entre los que pesan haber dado la espalda al que todavía es considerado “líder moral” de los maestros hidalguenses, Moisés Jiménez, al que se permitió acusar de todo lo que se le vino en mente, pero sin aportar pruebas suficientes que habrían dejado sin posibilidad alguna de resucitar de sus cenizas al citado.
    Y como el golpe no fue de muerte necesaria, es evidente que los mejores tiempos por vivir aún le esperan al que habían dado por difunto.
    Lucha de interés sin duda alguna, y por ello la lucha sin cuartel, las peleas, los intentos por reventar el proceso.
    Sin embargo para el grueso del magisterio, el que conforman maestros y maestras que han entregado su vida a la enseñanza, al final del día poco o nada importa el nombre de quien suceda a Sinuhé, porque en el plano de su vida cotidiana no habrá cambios reales, y tampoco oportunidades ciertas para mejorar sus condiciones de vida.
    La crisis del sindicalismo es real. El “charrismo”, prácticamente único sobreviviente porque los de corte “independiente” resultaron peor y de vida efímera, da sus últimas bocanadas, porque simple y sencillamente en los tiempos que vivimos, lejana está la raíz y razón de su origen.
    Asistamos sin embargo al tingado que se monta con absoluta puntualidad.
MINUTARIO.- ADOLFO PONTIGO LOYOLA, todavía rector de la Universidad Autónoma del estado de Hidalgo, merecería la oportunidad de buscar llegar por la vía de la elección al cargo, y de este modo cumplir el período completo con posibilidad de reelegirse. Se ha preparado para esta posibilidad, y pudiera ser el puente de cristal sobre el que camine la transición real de poder en la institución. Pero la realidad es muy contraria a esta posibilidad.

Mil gracias, hasta el próximo lunes.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
twitter: @JavierEPeralta

CITA:
Por lo mientras el actual secretario general, Sinuhé Ramírez Oviedo, habrá de dejar el cargo en medio de severos cuestionamientos, entre los que pesan haber dado la espalda al que todavía es considerado “líder moral” de los maestros hidalguenses, Moisés Jiménez, al que se permitió acusar de todo lo que se le vino en mente, pero sin aportar pruebas suficientes que habrían dejado sin posibilidad alguna de resucitar de sus cenizas al citado.