RETRATOS HABLADOS

●    Eres mortal, eres mortal

Son pocos los seres humanos que pueden mantenerse ajenos al “mareo” que provoca el poder. Una inmensa mayoría, incluso sin darse cuenta, son presa de los efectos de la transfiguración que sufren al momento de ser reconocidos como la nueva autoridad, dadora de vida y a veces desgracias, en un territorio determinado del país.
    Por mantenerse ajenos, debemos entender que logran conservar parte del que fueron, y en momentos claves pueden acordarse de que son solamente humanos, no semidioses como ocurre muy frecuentemente. Sin embargo está muy claro que de un modo u otro, son diferentes al que simplemente aspiraba al poder.
     El poder es sin duda elemento sustancial en el terreno de la política. Poder existe desde un diminuto cargo de oficial mayor en una alcaldía, hasta la titularidad de un gobierno, una súper secretaría federal, o la misma Presidencia de la República.
    Controlarlo resulta el reto fundamental del que lo asume, porque permitir que se desboque, y desboque el alma del que pretendía dominarlo, tarde o temprano deriva en el desastre, incluso en la tragedia.
    En tiempos de la antigua Roma, siempre acompañaba al general victorioso de las guerras, una persona que tenía como único encargo decirle de manera constante: “recuerda que eres mortal”.
    Porque la tentación de empezar a creer que incluso la muerte puede ser dominada por el hombre que tiene los destinos de todo un pueblo en sus manos no es nueva. Ha sido una constante, y la complicación más grande surge cuando el equipo que lo rodea lo invoca prácticamente con oraciones.
    Y sin duda, casi por necesidad, quien detenta el poder deberá asumir que en muchos aspectos ha dejado de ser como el común de la ciudadanía, que posee la capacidad de enderezar destinos ya marcados por la vida para una comunidad. Bueno cuando el objetivo es evitar que sea la pobreza el sino de sus existencias, y transformarlas por la posibilidad de vivir dignamente.
    Malo cuando todo empieza a tener como origen la manutención de un ego que no terminar de hincharse, porque el siguiente paso es un estado de semilocura, con ataques graves y preocupantes en que los que pagan de manera inicialmente son los colaboradores más cercanos, y después el mismo pueblo gobernado.
    Por eso siempre es sano observar con infinita paciencia este proceso que tenemos a la mano del hombre que se convertirá en gobernador de Hidalgo a partir del 5 de septiembre.
    Bajo ninguna circunstancia habrá de renunciar, Omar Fayad Meneses, al estilo personal de hacer las cosas, que implica una relación casi coloquial con cualquier persona, pero tampoco, lo entenderá, deberá caer en la tentación de asumirse como uno más entre la multitud, porque simple y sencillamente ya no lo es.
    Ejercer el poder con sabiduría es saberse con la capacidad de transformar el presente y futuro de todo un pueblo, y eso no lo hace cualquiera. Pero tampoco puede derivar en creer que de pronto adquirió un título nobiliario, y por consiguiente lo que sigue es alejarse de aquellos que lo llevaron al poder.
    Es uno más, pero uno especial con la posibilidad única que ofrece la vida, de transformar destinos inciertos en otros con posibilidades; en otros donde la búsqueda siempre sea por una justicia real, es decir aquella que llegue a una gran mayoría.
    Y si logra lo anterior sin perder la esencia, la que conecta con el ciudadano de a pie, se habrá dado un gran paso. No hay duda.

Mil gracias, hasta mañana
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
twitter: @JavierEPeralta

CITA:
    Bajo ninguna circunstancia habrá de renunciar, Omar Fayad Meneses, al estilo personal de hacer las cosas, que implica una relación casi coloquial con cualquier persona, pero tampoco, lo entenderá, deberá caer en la tentación de asumirse como uno más entre la multitud, porque simple y sencillamente ya no lo es.
   
   

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