RETRATOS HABLADOS

●    Tiempos de juventud

Desde la oficina del Patronato Universitario ya fue dirigida la orden de iniciar toda una campaña en contra del aun gobernador del estado, Francisco Olvera Ruiz. La razón, además de las que usted quiera y ordene, es una: Gerardo Sosa Castelán nunca le perdonará a quien durante mucho tiempo fue su subalterno, que haya llegado al cargo que él ya nunca llegará. Así de simple.
    Por supuesto a lo anterior se han sumado gustosos los que buscan acomodarse a toda costa en el equipo del primer mandatario electo, Omar Fayad Meneses, además de los que convertidos en San Pedro ya negaron una y otra vez al que antes calificaban como su maestro y guía espiritual.
    Sin embargo empiezan a observarse los cuestionamientos que el poder único y absoluto de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, ha decidido enfilar contra el que ya se va, y por lo tanto empieza a perder poder.
    Está claro que ninguna administración estatal puede salir entre vítores y porras, que hay errores, y graves en toda gubernatura. De eso no hay duda, y el ejercicio de la crítica resulta harto saludable para evitar caer en las mismas complicaciones.
    Al final de cuentas tendrá que darse un veredicto histórico, que puede dejar bien o mal parado al que para esos momentos ya será ex gobernante.
    Pero cuando estos ejercicios de análisis parten de otro político que aún no entiende por qué uno sí llegó al cuarto piso de Palacio de Gobierno, y él no, se antoja que difícilmente puede haber un trabajo inteligente ajeno de juicios preexistentes y que simplemente se dan a la tarea de cobrar las afrentas que pudo haber sufrido.
    Apenas un año mayor que el gobernador Francisco Olvera (tiene 60 años), Sosa Castelán (de 61) habrá de mantenerse sin embargo como poder único en la UAEH, donde hoy mismo proyecta la sucesión del rector Veras Godoy, además de la estrategia para lograr ampliar su poder en la siguiente administración estatal.
    Los cruentos enfrentamientos que ambos personificaron en su pasado estudiantil no han terminado, prueba de lo cual es el esquema desatado por quien fuera dirigente del PRI en Hidalgo, a fin de levantar los negativos del que se va, a fin de que la memoria del ciudadano, a veces tan frágil y fácil de manipular, tenga como referencia única del sexenio Olverista, los aspectos que en definitiva poco contribuyeron a generar una opinión favorable del mismo.
    Sin embargo un elemento que en el lado más privado de los dos personajes quedará, es que uno ya fue gobernador del estado, y el otro no.
    De ninguna manera se trata de un trago fácil de pasar, cuando la carrera política que llevaron fue prácticamente en paralelo, y en la que el ex rector siempre se colocó como líder y dador de posibilidades a quienes lo seguían.
    La ruptura con el futuro ex gobernador le hizo creer que sin él nada, simplemente nada existiría, pero el resultado para el que se fue sería otro, uno que ni en sus peores pesadillas habría visto el hombre nacido en Acaxochitlán.
    Y ahora la rueda del tiempo da un nuevo giro.
    La edad nos habla de dos políticos ya entrados en lo que se llama la edad dorada. No son ni pueden ser los mismos. Uno logró una transformación cierta de la UAEH, pero hoy mismo vive la tentación de eternizarse en el poder. Otro llegó al cargo que seguramente anhelaron en pláticas estudiantiles. El otro ya no, ya nunca lo logrará.

Mil gracias, hasta el próximo lunes.

jeperalta@gmail.com
twitter: JavierEPeralta

CITA:
    Apenas un año mayor que el gobernador Francisco Olvera (tiene 60 años), Sosa Castelán (de 61) habrá de mantenerse sin embargo como poder único en la UAEH, donde hoy mismo proyecta la sucesión del rector Veras Godoy, además de la estrategia para lograr ampliar su poder en la siguiente administración estatal.
   

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