RETRATOS HABLADOS

  • Nacidos para la felicidad

Existe una selecta clase social no solo a nivel nacional, sino aquí, en Pachuca, que gusta machacarnos en la cara que con todo y que viven en la misma ciudad, y que con todo y que sus fortunas económicas regularmente tienen como origen lo que les compramos o consumismos, simplemente son diferentes, no son iguales, que para eso hay las diferencias lógicas y saludables de ellos, que tienen mucho, y el resto, es decir la inmensa mayoría que en su vida podrán presumir como ellos, un reloj de 200 mil pesos.

                Y sin embargo difícilmente harán ostentación de lo que el destino les puso en su camino de manera deliberada, porque dudo mucho que tengan conciencia de lo que hacen al invitarnos a ver los bonitos viajes que realizan por todo el mundo, la preciosa ropa de diseñador que portan con singular buen gusto, la motocicleta del tamaño de un caballo de marca italiana que supera en costo el automóvil de unas 20 o 30 familias pachuqueñas.

                Porque al final de cuentas cada cual habla de acuerdo a como le fue en la feria que es la vida, y seguramente les resultará muy normal aparecer en fotografías tamaño familiar en las “parties” que hacen cada semana, siempre temáticas, y en la que invierten lo que haya que invertir, porque son perfeccionistas para vestirse de emperadores romanos.

                Son divinas y divinos también, cuando con esa bonhomía que los caracteriza, nos dan consejos con sus apenas 20 y tantos años cumplidos, de cómo se la jugaron al invertir en un nuevo negocio, el tremendo riesgo que pasaron, pero siempre bien librados por su carácter de líderes que aprendieron en la única escuela donde se preparan patrones, nunca empleados.

                Si en el triunfo que siempre logran algo tuvieron que ver las relaciones y fortuna de sus parientes, es mero accidente, porque los jóvenes genios de la empresa pudieron haber logrado todo, simplemente porque son eso, genios.

                No veo pues maldad en lo que hacen, pero sí provoca un sentimiento raro, doloroso de verlos tan felices, tan dueños del pasado, presente y futuro, tan destinados a mandar gente, a ser hasta le eternidad los patrones de otros jóvenes que nunca podrán aspirar a una vida por lo menos justa que les permita construir un porvenir.

                ¿Quién puede culpar a un príncipe que hereda simplemente por nacer el destino de sueños de su padre el rey?

                ¿Y por qué habrían de esconder lo que de estirpe han ganado, dicen siempre, con ese ingenio, esa voluntad férrea, ese conocimiento único de los elegidos y tallados en el mismo Monte Olimpo?

                Por el contrario, todos deberíamos sentirnos agradecidos, porque abren su corazón y el estante de sus pertenencias a desconocidos. Abren la vitrina de su talento para hacer de sueños puras realidades. Abren el misterioso lugar donde solo habitan personas felices, emprendedoras, esas que con puras ganas y chinga diaria, han podido comprarse casas de espléndida decoración, relojes auténticamente fabricados en Suiza a mano, motocicletas solo para Dioses encarnados en mortales.

                ¿Qué más pedir si además con tono docto nos aconsejan para logra el éxito como ellos, la felicidad, el paraíso terrenal?

                ¿Qué más pedir si de la envidia se pasa a la reflexión eterna, absurda, consuelo tonto de que seguramente estarán muy solos con sus millones, y nosotros pura felicidad como El Torito?

 

Mil gracias, hasta mañana.

 

peraltajav@gmail.com

twitter: @JavierEPeralta

CITA:

No veo pues maldad en lo que hacen, pero sí provoca un sentimiento raro, doloroso de verlos tan felices, tan dueños del pasado, presente y futuro, tan destinados a mandar gente, a ser hasta le eternidad los patrones de otros jóvenes que nunca podrán aspirar a una vida por lo menos justa que les permita construir un porvenir.

 

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