RETRATOS HABLADOS

* JGM-JMK, una historia que contar

 

José Guadarrama Márquez no podía abstenerse de participar en la elección de candidato a gobernador de la oposición, simplemente no podía, porque sin duda se trata de su última intentona por llegar a la primera magistratura del estado –aunque algunos afirmen que “mientras respire, aspirará”- en un momento que los partidos que pudieran postularlo, PAN y PRD, presentan una situación de crisis absoluta sin tener la opción de echar mano de personajes de nueva generación, como en su momento fue Xóchitl Gálvez.

            Caído en desgracia luego de la pelea abierta que sostuvo con el entonces gobernador Jesús Murillo Karam, quien cumplió su sentencia de no permitir llegara al Poder Ejecutivo, el profesor oriundo de Jacala jugó un juego del que no salió bien parado, porque en el justo momento en que pudo haber provocado la mayor resquebrajadura al interior del tricolor, durante un acto masivo realizado en la Plaza Juárez de Pachuca, decidió no renunciar públicamente a su militancia en ese partido.

            Después lo hizo, mucho después, pero ya sin el efecto demoledor que pudo haber tenido en el momento exacto. Afirman los que saben de política que si algo define a los que se dedican a esta labor, es que saben con exactitud de sus tiempos y circunstancias.

            Para muchos, José Guadarrama no supo ver que ese instante en que dirigió un discurso plagado de lugares comunes a sus seguidores frente a Palacio de Gobierno, se perdió y lo perdió porque faltaron las palabras mágicas, “y por esta razón, anuncio que a partir de este momento dejo de ser militante del Partido Revolucionario Institucional”.

            No lo hizo. Algunos lo achacan al miedo. No lo creo. Otros al temor de que pudiera haber desencadenado un caos en todo el estado, que hubiera tenido consecuencias terribles. Así lo creo.

            Sin embargo tuvieron que pasar muchos años para que se detuviera toda una estrategia para denostar al que fuera fundador del Frente Democrático Hidalguense, con un Atlante como logotipo. Muchos años también para que pudiera ser considerado un político digno de ser considerado confiable en cualquier negociación.

            Muchos de los que lo siguieron en ese su momento de gloria, dispuestos a ofrendar incluso su vida por lo que consideraban una causa histórica, decidieron separarse no solo policía, sino en lo personal de Guadarrama Márquez.

            Hubo incluso los que le negaron el saludo en eventos públicos, porque había sido marcado con la señal de los condenados al ostracismo, y ay de aquel que le mostrara siquiera simpatía.

            No fue pues un momento fácil, tampoco una historia que haya querido contar el porqué no renunció al PRI junto con todos sus seguidores, en lo que pudo haber sido un golpe mortal para el tricolor de entonces.

            Algún día tendrá que contarlo, porque después de todo el tiempo ha sanado heridas, e incluso el profesor de Jacala ha vuelto a ser el mismo que logró colocarse como un político de arrastre y de enorme popularidad.

            Hoy busca por enésima ocasión ser candidato. No faltará quien decida calificarlo de obsesionado por el poder, como si hubiera político que no padeciera ese mal.

            Le van a llover calificativos ahora, incluso de los que fueron sus seguidores, que no lo bajarán de vendido, reventador de la izquierda, empleado de gobierno a trasmano y otras lindezas.

            Sin embargo, y esto es un punto de vista muy personal, José Guadarrama hace simplemente lo que sabe hacer: política. Ya en una edad madura, en que incluso es posible verlo por vez primera en una plática sin sobresaltos con otro político de nivel como Murillo Karam.

            El tiempo.

 

Mil gracias, hasta el próximo lunes.

 

peraltajav@gmail.com

twitter: @JavierEPeralta

 

CITA:

Hoy busca por enésima ocasión ser candidato. No faltará quien decida calificarlo de obsesionado por el poder, como si hubiera político que no padeciera ese mal.

 

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