* PRI, con el enemigo adentro
Se ha convertido en una declaración constante entre los aspirantes priístas a la candidatura para el gobierno del estado, hacer un llamado a la unidad y de este modo terminar con las disputas internas que están en todo su esplendor porque, aseguran, “el enemigo a vencer está afuera, no adentro”.
Siento decirles que no es así. Que el obstáculo más grande que debe vencer el Revolucionario Institucional, de pretender mantener en sus manos el Poder Ejecutivo de la entidad, es el que se presenta al interior de dicho instituto político.
La razón es una y simple: el poder.
Cada uno de los y las aspirantes han evaluado sin duda sus posibilidades. Algunos con la intención y condiciones absolutas de lograrlo. Otros evidentemente no, pero sí con la intención de fincar un futuro con base a lo que alcancen.
Para estas alturas son tantos en la lista, que es obvio que resulta inflada de manera artificial, en una búsqueda de no circunscribir todo a una tercia que siempre resulta incómoda.
Sin embargo la guerra intestina se ha desbordado ya en varias ocasiones, lo que ha prendido los focos rojos al interior del tricolor, al grado de poner en marcha una estrategia previamente diseñada para evitar una pugna a niveles que ya no tengan retorno.
Tampoco son tiempos como para exigir una disciplina que raye en la dictadura, pero tampoco lo contrario, como sucedió con el ex presidente Fox, que en aras de abrir y hacer terrenal la figura presidencial, la rebajó tanto que hoy es un deporte ofender y calificar de todo lo habido y por haber al Jefe de la Nación.
Pareciera que en nuestro país no hay medias tintas en nada, y eso es lamentable.
El hecho sin embargo es que el Revolucionario Institucional en el estado no puede ni debe permitirse el lujo de ver simplemente que la contienda por la gubernatura se dirima por adelantado, y los damnificados sean justamente ellos mismos.
No, el enemigo más grande para los priístas no está afuera. Está adentro y lo saben.
De mantenerse la tendencia actual, en que no pasa un día sin que los aspirantes se tundan con todo lo que tienen a la mano, el único efecto que lograrán es un debilitamiento de lo que han dado en llamar estructuras, que es la base dura de potenciales electores, que simplemente terminarán por no entender nada y quedar en papel de incrédulos absolutos.
Muy probablemente el factor que unirá a los tricolores sea el surgimiento de un candidato opositor fuerte, que aglutine a todas las fuerzas políticas aún contrarias ideológicamente como el PRD y PAN, pero nunca en el terreno de la búsqueda del poder.
Al no ver por el momento posibilidad alguna de competencia en los otros partidos políticos, el PRI vive un momento de laxitud intelectual, en donde solo cabe el pensamiento obsesivo del poder.
No es poco lo que está en juego.
Pero por principio de cuentas deben reconocer que a estas alturas, el principal enemigo está adentro del Revolucionario Institucional. No afuera.
Mil gracias, hasta mañana.
twitter: @JavierEPeralta
CITA:
El hecho sin embargo es que el Revolucionario Institucional en el estado no puede ni debe permitirse el lujo de ver simplemente que la contienda por la gubernatura se dirima por adelantado, y los damnificados sean justamente ellos mismos.
No, el enemigo más grande para los priístas no está afuera. Está adentro y lo saben.