* 4 de junio de 2016 en la mira
Un logro fundamental en la gestión del gobernador Olvera a lo largo de su administración, que con el quinto informe entra a la recta final, es haber mantenido en niveles positivos el asunto de la seguridad. Con todo y los malos presagios en torno al efecto que tendría el desmembramiento de grupos del crimen organizado en entidades circunvecinas, los índices de secuestro o asesinatos ligados a esa situación, no se dispararon por las nubes.
Para quien no haya vivido el clima de terror que se hoy mismo se vive en otros estados, podría resultar complicado aquilatar lo que de un modo u otro se ha logrado en Hidalgo, pero los que han padecido el escenario de la violencia cotidiana, saben de lo que hablo.
Francisco Olvera Ruiz llegó a la primera magistratura estatal casi al mismo momento que su antecesor, Miguel Ángel Osorio, se ocupó de tareas vitales en la campaña del hoy presidente Enrique Peña Nieto. Se daba por hecho que ocuparía el cargo que hoy tiene, pero incluso con más poder al nivel casi de un vicepresidente.
Tener a un ex gobernador con ese nivel de poder no ha sido fácil para el jefe del ejecutivo estatal, tampoco lidiar con aquellos que no dejaron pasar un día para sacar a tema su relación con el ex mandatario en tono de casi amenaza.
Por momento incluso se habló de un rompimiento entre el gobernador Olvera y el secretario Osorio. No hay duda que las versiones fueron impulsados por aquellos que, hundidos en un mar de mentiras, quedaron evidenciados por la negativa del que se había ido, a ser aval de sus triquiñuelas, y el que llegaba con un no rotundo a las mismas.
Los momentos de tormenta quedaron en el pasado, justo cuando los recaderos y muy dados al engaño, recibieron el ultimátum de ambos personajes para dejar de utilizar supuestas amistades para provecho propio. Ni uno apadrinaba a vivos que hablaban a su nombre, ni el otro aceptaría esa condición.
Gobernador y ex gobernador finalmente llegaron a una coincidencia vital, que hoy apuntala lo que habrá de venir el 4 de junio de 2016 en Hidalgo, y donde una pugna de poderes sólo tendría como resultado la derrota del Revolucionario Institucional.
Francisco Olvera ha fundamentado su gestión en ejes prioritarios: seguridad y educación.
Mantuvo hasta donde se pudo la decisión de impulsar el Proyecto Aeropuerto Tizayuca, pero no invirtió todo su capital político al mismo, sabedor de que la decisión final estaba más allá de sus manos.
Modificó totalmente los objetivos de su Plan de Gobierno, y dio el impulso necesario a la Ciudad del Conocimiento, que poco a poco se convierte en realidad.
En lo político, hoy mismo puede presumir que en las circunstancias más complicadas por el nivel de poder que alcanzó su antecesor, logró mantener una relación de respeto mutuo con el político más poderoso que haya tenido el estado en el plano nacional.
Fácil no fue por las razones expuestas, por los que decidieron invocar el nombre de Miguel Ángel Osorio para pedir, exigir, e incluso amenazar. La historia terminó cuando el ex mandatario los puso en su lugar y simplemente determinó que una sola acción mal intencionada en su nombre, les traería consecuencias definitivas.
Terminó así la época de delegados que se creían Virreyes, de no delegados sino simples mortales que se daban aires de perdonavidas.
Olvera procedió con prudencia, pero con determinación.
Los resultados están ahí en lo político. Ni distanciamiento, ni mucho menos pugna irreconciliable. Cada cual en su responsabilidad, cada cual sabedor del papel que le ha tocado desempeñar.
Mil gracias, hasta mañana.
twitter: @JavierEPeralta
CITA:
En lo político, hoy mismo puede presumir que en las circunstancias más complicadas por el nivel de poder que alcanzó su antecesor, logró mantener una relación de respeto mutuo con el político más poderoso que haya tenido el estado en el plano nacional.