Nuevo año, viejas Prácticas, viejas esperanzas
Año nuevo. Sin embargo en el asunto político, estamos por vivir una de las luchas más antiguas en Hidalgo: la lucha por el poder. Primero a escala de partidos políticos en el trayecto para decidir sus candidaturas al gobierno de la entidad, después en la elección constitucional del mes de junio, y en la que apenas asomándonos a los primeros días del 2022, empieza a gestarse una profunda división al interior del sempiterno Revolucionario Institucional, lo que a juicio de muchos puede ser el germen de su salida del Poder Ejecutivo del Estado, luego de tenerlo en sus manos más de 90 años.
Será pues, un momento histórico en el ejercicio político de la entidad hidalguense, porque la posibilidad de una alternancia en el cargo de elección popular más importante, el de gobernador constitucional, ha pasado de ser una remota visión de un futuro de ficción, a una constante que empieza a ser implantada en el imaginario popular.
Mucho tendrá que ver para que lo anterior se confirme en los comicios de mitad de año, la estrategia que siga el partido del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador. Es decir que su popularidad, fundamentada en la tarea de mantenerse en el candelero como boxeador con estilo de fijador, que gusta de las trompadas matutinas con quien se le ponga enfrente, no caiga en la gracia del respetable público. Pero de manera fundamental que sus programas de beneficencia a gruesos sectores de la población del país, no se encuentren de pronto sin fondos económicos, pero también que el pueblo “bueno y generoso” un día cualquiera despierte con otro talante y decida cambiar su apoyo casi religioso por todo lo contrario.
Se antoja difícil esta última posibilidad, pero descartarla sin otro argumento con la perorata de que es imposible, en definitiva no conduce a ninguna parte. Pero por lo mientras es prudente anotar que la elección del mes de junio en Hidalgo, será para el Jefe de la Nación un pequeño gusto que desea darse en tierras consideradas bastión del priismo nacional, no tanto por la cantidad de votos que pueden aportarle a Morena en un futuro nada lejano, sí en cambio porque ganar la elección de gobernador, representa para AMLO una forma de consolidar su proyecto de enterrar al partido político que es su origen como militante que fue, y presentar a la sociedad a MORENA como diferente pero digno sucesor del instituto político hegemónico en la entidad.
El PRI sin embargo puede ganar, porque es cierto, existe un amplísimo número de hidalguenses que son y serán priístas hasta el final de sus días, que saben evaluar con inteligencia y sobre todo a la luz de la experiencia, lo que puede beneficiarlos o dañarlos una nueva alternativa en el horizonte. No gustan de colocarse en los extremos tan de moda para odiar al contrincante o descalificarlo. Conocen de lo bueno que el PRI les dio, porque no se van con el juicio sumario de que todo, absolutamente todo fue negativo. No son pues inocentes y fáciles de engañar.
Sin embargo este voto que pudiera ser suficiente para que el tricolor siguiera al frente del Poder Ejecutivo, solo se hará efectivo si se logra una candidatura de unidad, y la dramática división que hoy se observa en la pelea abierta por ver quién gana la candidatura para su selecto grupo, llega a su fin. Algo poco menos que imposible para muchos que observan este singular escenario.
Empezamos pues el 2022, un año nuevo, que sin embargo nos presenta las viejas, antiquísimas Prácticas en estos menesteres.
Por el bien de los hidalguenses, esperamos que como nunca se aplique la respuesta que todo político da a la pregunta del para qué quiere el poder, “el poder es una responsabilidad pero también un privilegio si se le utiliza para atender las necesidades más urgentes de la ciudadanía. Poder por poder, o para transformarse en un remedo de dictador, no sirve para nada. El poder te lo otorga el pueblo con su voto, es un gesto de confianza en tu cordura, en tu capacidad para no creer que una vez recibido ya te elevaste a calidad de semiDiós. Siempre serás el mismo mortal como todos, si el poder no te obnubila, no te enloquece. Poder que no sirve a quienes gobiernan, no sirve para nada, como no sea para hacerte perder el juicio”.
Veremos.
Mil gracias, hasta mañana. Gracias por permitirme dialogar con usted este 2022. Que la vida nos sea leve.