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RETRATOS HABLADOS

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Menchaca, Viggiano, Félix… velar armas

Una noche antes de ser armado como caballero, y de acuerdo a los ritos de iniciación, el futuro ungido pasaba la noche en vela con la vista puesta en sus armas y la oración al cielo en su boca. No cerraba un instante los ojos, y sus oídos se mantenían alertas ante cualquier asechanza que pudiera impedirle, llegada la luz del día, cumplir con su destino. Velar armas era pues una ceremonia que ligaba el encuentro con el poder a través de un éxtasis espiritual en el que se conjugaba sin embargo con el uso de la fuerza para lograr su objetivo.

Misma situación viven, en estos días que cerramos uno de los años más complicados en nuestras vidas, una larguísima ceremonia en que “velan armas”, porque su confirmación como candidatos al gobierno de Hidalgo será a su tiempo, y en su forma.

No es para menos.

En muchos sentidos se define el destino de los más de tres millones de habitantes que tiene la entidad, porque se llega en el año próximo a un momento decisivo, único en la historia reciente del Estado en que el Poder Ejecutivo puede quedar en manos no sean del Revolucionario Institucional, si quien es el virtual candidato de la oposición, Morena, Julio Menchaca, no se duerme y despierta con la novedad de que desaparecieron sus armas que debía velar día y noche.

En el tricolor las cosas están todavía más complicadas, porque quienes debían estar obligados a un acuerdo que hoy tendría a Carolina Viggiano o a Israel Félix, en el rito de “velar armas”, todavía pelean con todo por ver quién arranca ese rito de iniciación; y puede que empiece el año 2022, sin que podamos saber quién de los dos ha pasado noches en vela.

Es de suponerse que el principal obstáculo para que no hayan logrado ese también histórico acuerdo, sea la diferencia que pudieran tener en cuanto a estrategias para lograr mejores condiciones para sus paisanos, y de ninguna manera ambiciones de tipo personal. Porque si esta última posibilidad se diera, ambos estarían condenados de inmediatos a no ser considerados en la selección tricolor. Porque velar armas solo puede otorgarse a quien profesa un espíritu desinteresado y un corazón noble.

Veremos.

Otros no serán ungidos como caballeros de ninguna manera. Y por eso se apuran a plantear que todos, menos ellos, son ambiciosos, filibusteros del mar, enceguecidos por el poder, parias de la decencia, desdichas absolutas ante los ojos de Dios.

Son los que todavía reparten bendiciones en sus videos, no sin antes colgar todo tipo de adjetivos a los que atacan su decencia y pura trayectoria

Está claro que, por el bien de todos estos tartufos de la política hidalguense, deben quedar para siempre en el olvido ignominioso del desprecio.

Todo, usted lo sabe, es un deseo cándido pero sincero de que el año próximo nos permita arribar a un momento político en que sepamos qué y cómo decidir, porque da terror el entorno nacional con un Supremo Jefe de la Nación, cada día más cercano a la locura que genera el poder absoluto y sin cortapisas, a los atisbos de hombres vestidos de verde olivo listos para robarle las armas a quien se ponga enfrente, ajenos a todos esos rituales de caballería en que primero se tenía que velar armas y pedir a los cielos la capacidad de ser cuerdos y prudentes cuando el momento llegara.

Cada cual tiene su decisión, y por supuesto interpreta la realidad mexicana como le haya ido en la feria.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta