RETRATOS HABLADOS

* Violencia sin rumbo y sin sentido

 

Hay conclusiones fáciles en el conflicto que se ha desencadenado por la puesta en marcha del Tuzobús en la capital hidalguense. Pero sin duda, ninguna puede llevar a un juicio claro que permita, a la postre, la búsqueda real de soluciones a un medio de transporte que justamente buscaba facilitar la vida de los ciudadanos.

            Los hechos registrados el día de ayer en El Huixmi ofrecen múltiples lecturas, desde la intromisión de grupos porriles para propiciar la violencia, hasta el simple hartazgo de la población.

            Es necesario, por lo anterior, ser mesurados a la hora de intentar un análisis equilibrado, porque pronunciarse a favor de acciones como las anotadas, vengan de donde vengan, solo puede conducir a un ambiente todavía más enrarecido.

            Es evidente que la trampa en que ha caído el recién inaugurado Tuzobús, ya tiene damnificados en todo el sentido de la palabra. Los primeros, los que más preocupan, son los usuarios, que todavía no atinan a entender lo que sucedió cuando al fin se pensaban libres de los cafres que conducían las peseras o combis, que incluso hoy mismo empiezan a ser recordados con benevolencia.

            Otros son los de corte político, y es precisamente en este renglón donde resulta imposible negar que hay interesados en que la situación se complique todavía más.

            Interesados porque saben que pueden sacar provecho del escenario que observamos, y como en el asunto político no importan los medios para conseguir un fin, es muy viable que la polarización que cada vez es más intensa, tenga germen en el trabajo de estos sectores que gustan trabajar desde las sombras.

            Sin embargo, y esto es necesario que así sea entendido, como nunca será necesario privilegiar el diálogo abierto con los que finalmente son los más importantes en estos momentos, y con esto me refiero a la población usuaria del medio de transporte anotado.

            Está claro que en los hechos de El Huixmí, participaron personas no solo ajenas a la comunidad, sino con la clara intención de que en las pláticas de conciliación no se llegara a ningún arreglo.

            Los granaderos son colocados de nueva cuenta en el papel de victimarios inmisericordes de la población desvalida, lo que no es gratuito porque ha ocurrido en múltiples ocasiones, pero a fuerza de costumbre no se les puede colocar en el patíbulo porque lo normal es que así sea.

            Pero más allá de todo lo que hoy mismo observamos, con movilizaciones en buena parte de la capital hidalguense, lo prioritario es que las autoridades y la empresa concesionaria del servicio, logren salir del atolladero en que se encuentran.

            Si las tarjetas de acceso no han funcionado y el cobro prometido de dos pesos en el segundo viaje, y gratis en el tercero no se ha logrado, luego entonces es de vital importancia se explique lo que sucede, pero también que sea resarcido el daño económico para los que viven al día, que son una inmensa mayoría.

            Si el número de autobuses no son suficientes para atender la demanda, es vital que a la brevedad entren en funcionamiento las nuevas unidades.

            Pero no se puede caer en el juego político invocado incluso en una campaña política del “Todos contra el Tuzobús”, porque es evidente que la intención no es encontrar solución alguna, y sí en cambio complicar el panorama de por si enrarecido.

            Toda manifestación debe ser respetada, porque al final del día es de lo poco que puede quedar a una población que se sienta agredida. Pero la infiltración de quienes hoy mismo han tomado como campo de batalla para sus fines muy personales el asunto del Tuzobús es otro asunto.

            Debo repetirlo porque es necesario: el servicio de transporte que hoy padecen miles de habitantes de la capital hidalguense, vive un período de prueba, ya en funciones, que no es exclusivo de Pachuca. Es un período hasta normal, pero al que debe agregarse en todos sentidos, la decisión de autoridades y concesionarios, para atender y resolver los problemas existentes, y en su caso resarcir los daños económicos.

            Nada debe ni puede descartarse en el objetivo fundamental que dio origen al Tuzobús, y que fue ofrecer un medio de transporte más barato, seguro y de calidad a los pachuqueños.

            Intentar llevar agua a su molino cualquiera que sean las consecuencias, es hoy la tesis de quienes buscarán que los hechos violentos se multipliquen.

 

Mil gracias, hasta el próximo lunes.

 

peraltajav@gmail.com

twitter: @JavierEPeralta

 

CITA:

Si las tarjetas de acceso no han funcionado y el cobro prometido de dos pesos en el segundo viaje, y gratis en el tercero no se ha logrado, luego entonces es de vital importancia se explique lo que sucede, pero también que sea resarcido el daño económico para los que viven al día, que son una inmensa mayoría.

 

           

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