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RETRATOS HABLADOS

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De la imagen de “impacto”, a la constancia del pensamiento y la reflexión

Poco a poco, sin darnos cuenta, empezamos a desembocar en un escenario anticipado por la ciencia ficción, pero que estábamos seguros tendría que esperar mucho tiempo para hacerse realidad, y me refiero al que encumbra en el poder a personajes surgidos a través de estrategias digitales de propaganda, la que se caracteriza por los impactos visuales (fotografías) y mínimos textos, regularmente relacionados con la sugerencia del carácter pleno de decisión y alejados de cualquier miedo para solucionar lo que se le ponga enfrente que de pronto se ha auto investido como la panacea para todo.

Hablamos de una sobre saturación de ese tipo de mensajes, que en otros tiempos esperaríamos que cuando menos se pudiera traducir en una sobreinformación, pero que en términos reales busca todo lo contrario, es decir un público cautivo por la imagen y el golpazo de unas cuantas letras impresas, pero que a ciencia cierta no sabe lo que propone o piensa el que a la postre le pedirá su voto.

Nos guste o no, el discurso que insiste en que la preparación académica no garantiza una base “espiritual” y de honestidad, como tampoco ser un ignorante garantiza lo contrario, empieza a traducirse sin embargo en una verdad que los adoradores de las redes sociales y especímenes similares, han asimilado como “a mayor preparación académica, mayor carencia de espiritualidad y honestidad”.

Porque de pronto el sujeto vil y miserable que ofendió a la esposa del presidente de la República, se acepta como real y representante de la totalidad de académicos e investigadores del país. Es decir, estamos ante el riesgo de tomar como absolutamente verdadero que el tipejo que dirigió furibundas ofensas sea lo que él dice, académico y otras cosas, nada más porque él lo dice, y todavía peor, desembocar de una posible puesta en escena al siguiente nivel en que, por lo tanto, todos los que hayan estudiado una maestría, doctorado y tal vez postdoctorado, sean unos miserables y viles malnacidos.

Estamos ante una realidad que empezó con campañas políticas ingeniosas, y en que existía cierta preocupación al ver que se aplicaban las estrategias propias para la venta de un refresco, unos cigarros o un auto, en el posicionamiento de un candidato a determinado cargo de elección popular, al momento actual en que de plano se asume que cualquier abanderado o abanderada es un producto más, pero que además al potencial votante no le interesa saber qué piensa en términos reales, si está preparado, si mentalmente es sano para no enloquecer con el poder.

Queremos creer que no es así, que al ciudadano sí le interesa saber que quien pueda tomar decisiones sobre su vida y la de sus hijos, es una persona equilibrada mentalmente, pero también capacitada para comprender el fenómeno político, económico y social que le tocará.

Las redes sociales al final del día, lo descubrimos, son parte de una irrealidad donde sustentan todas sus aspiraciones, aquellos que están seguros basta con una fotografía, un video “de impacto”, para que la contienda esté ganada por adelantado.

Ojalá sea tiempo de rescatar el ejercicio político aquí y en todo el país.

Lo efímero tiende a eso, a ser efímero. La constancia del pensamiento y la reflexión, no.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta