RETRATOS HABLADOS

* Tuzobús, escuchar y actuar es la clave

 

Pocos proyectos de transporte habían generado una crispación tan grande en la sociedad pachuqueña como el Tuzobús. Desde este mismo espacios hemos anotado que no es tiempo, todavía, para emitir un juicio definitivo sobre el mismo, pero eso en poco reconfortará a quienes hoy mismo padecen los problemas del nuevo Sistema de Transporte Masivo.

            Algo sucedió que agarró con los dedos en la puerta a quienes tenían la responsabilidad de poner en marcha el servicio citado, sí y sólo sí, se habían cubierto todas las pruebas habidas y por haber, o incluso una fase “Beta” de prueba, ya con pasajeros, por supuesto de manera gratuita, en la que se especificara a los usuarios que era eso, una etapa para detectar y corregir errores.

            No fue así, y las consecuencias hoy mismo son graves en quienes hacen uso cotidiano del servicio público de transporte, y que de pronto se encontraron que ni Tuzobús ni peseras conducidas por cafres del volante.

            Sin embargo es importante anotar, y valga la insistencia, que en definitiva es posible encontrar soluciones acordes a la dimensión del problema, si se actúa con inteligencia, pero sobre todo prontitud, porque a estas alturas resultaría complicado argumentar que no se tenía previsto el escenario que hoy mismo se vive.

            Es pues un reto mayúsculo, que necesitará de una labor pulcra y detallada en todos los sentidos, primero para no confundir la lógica irritación ciudadana, con la campaña que personajes y personeros de la política han decidido desatar en contra no del Tuzobús, sino del proyecto político que hoy mismo quieren exterminar.

            Los usuarios están en todo su derecho de maldecir y plantear que es su derecho contar con un servicio digno de transporte, tal cual se le había ofrecido. En eso no hay vuelta de hoja, y lamentable sería que alguien buscara en ese clamor intenciones ocultas.

            No va por ahí el asunto.

            Y por eso de vital importancia que todos los canales que maneja el gobierno del estado para recibir quejas, comentarios, o de plano insultos, se mantengan abiertos, por la simple y sencilla razón de que no hay peor reacción ante un panorama como el observado, que cerrar los ojos y calificar a todos como enemigos.

            Sin embargo existen, vaya que existen, los que ya fundamentan su plataforma política rumbo al gobierno estatal, en el fracaso del proyecto Tuzobús, para lo cual han montado toda una estructura a través de las Redes Sociales, no para hacerse eco de las quejas de los usuarios, sino para buscar llevar ese enojo al terreno que les conviene, y que evidentemente es al que condena ya no el servicio, sino el partido político que observan atrás del mismo.

            Por eso es tan importante que lejos de poner oídos sordos a los reclamos, se escuche con atención, con infinita paciencia, porque es la que han tenido y deberán tener los usuarios del servicio, a fin de encontrar caminos de solución.

            El Tuzobús es un proyecto acorde con las necesidades de una ciudad en crecimiento. Y no, no hay afán alguno porque sea el distintivo para autocalificarnos como habitantes del Primer Mundo. Es simplemente una necesidad.

            Hay errores, y graves, que deben ser atendidos de manera inmediata.

            Y por supuesto expertos en la materia deberán ser convocados, porque no está dicha la última palabra en torno a la conveniencia o no de vueltas en “U”, servicio exprés cuando el normal se encuentra saturado, y otras cosas.

            Pero el principio de todo será la capacidad de escuchar, de atender con esmero lo que hoy exige la ciudadanía.

            Y también distinguir la diferencia con los que ya sustentan sus aspiraciones políticas en el fracaso de un proyecto que, tarde o temprano, nos beneficiará a todos.

            Y eso, insisto, lo esperamos por el bien de Pachuca, la capital del estado.

 

Mil gracias, hasta mañana.

 

peraltajav@gmail.com

twitter: @JavierEPeralta

 

CITA:

Los usuarios están en todo su derecho de maldecir y plantear que es su derecho contar con un servicio digno de transporte, tal cual se le había ofrecido. En eso no hay vuelta de hoja, y lamentable sería que alguien buscara en ese clamor intenciones ocultas.

            No va por ahí el asunto.

 

 

           

Related posts