Del tiempo ideológico a los productos
Si usted observa con cuidado, ya en el mes de la patria, el trabajo en cada uno de los partidos políticos para seleccionar su candidato o candidata a la gubernatura de Hidalgo, tiende a complicarse, pero sobre todo pareciera que a cada paso que se da debe reinventarse el camino, el proceso y de manera esencial que producto es el que se ofrecerá al consumo de los potenciales votantes.
Entiendo que llamar “producto” a una persona no suena nada bien, igual que en estos tiempos del periodismo digital que un día sí, y otro también, amenaza con sepultar al impreso, han planteado con absoluta seriedad que como nunca el camino para la salvación, será dar vida a la generación de personal dedicado exclusivamente a la creación de “productos periodísticos”, siempre de acuerdo al análisis profundo de las preferencias observadas en los seguidores de nuestros portales informativos y redes sociales.
Dirán que eso ha sido una práctica de toda la vida, que al final de cuentas lo que se ofrece en una elección, más allá de asuntos ideológicos, es un producto que atraiga la atención de los votantes, que reúna las características de un producto que pueda convencer desde el primer instante, que genere confianza y certidumbre. Que pase a formar parte del imaginario popular, y que a la vuelta de la esquina se convierta en un algo fundamental para el ciudadano.
Sin embargo, es evidente que una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa. Pese a la necesidad urgente en los medios de información por generar recursos ya no exclusivamente a partir de convenios con entidades gubernamentales, y sí cada día con la participación de los lectores, el factor fundamental en el periodismo es hacer periodismo, y en la política, hacer política.
Ambas proceden de un antecedente histórico, de un bagaje ideológico y filosófico.
El pragmatismo a ultranza puede desembocar, tarde o temprano, en un arrepentimiento por no haber hecho lo necesario para preserva la esencia del quehacer periodístico y del político.
Por supuesto la elaboración meticulosa de un producto informativo y uno de tipo político, llegan a garantizar un futuro promisorio para el medio y la sociedad, pero no un contexto claro para comprender el porqué de las cosas.
Le pido que sigamos de cerca a cada uno de los posibles aspirantes, que descubra si empiezan a parecerse más a un “producto” que a un candidato en todo el sentido de la palabra.
Le pido que de una vez empiece a definir el camino histórico de una nación como la nuestra, un Estado como el nuestro.
Esto apenas empieza, pero siempre será de vital importancia definir si optamos por el producto o por la estructura ideológica que, pese a todo, aún existe.
Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta
