
El Covid cobrará la factura en junio
A una lamentable actividad como legisladores federales y estatales de los representantes de Morena, buena parte de los cuales todavía pretenden reelegirse, la pandemia del Covid-19 sin duda ha prendido las luces de alarma para quienes consideraban mero trámite los comicios del mes de junio, y descubren con temor real que las casi 210 mil familias que perdieron a un ser querido, difícilmente volverán a poner su confianza en un instituto político que simplemente no supo qué hacer cuando se pudo hacer algo para disminuir los estragos del virus.
A todos habrá de marcarnos este tiempo tan complicado siempre ligado al miedo, a la zozobra, a sentirse desvalido ante una enfermedad que igual propinó su castigo a gobernantes de otras naciones que actuaron con igual irresponsabilidad y negligencia. Cada quien hablará de acuerdo a como le haya ido en la feria dice el refrán, pero por lo mientras suman casi 210 mil las familias que han enfrentado una verdadera tragedia que difícilmente podrán olvidar.
Sume a lo anterior una actividad imparable desde las más altas esferas del poder en la nación para buscar a toda costa imponer a candidatos impresentables e indeseables, que ya entrados en materia han amenazado que si no son ellos no será ninguno, y que de plano impedirán que haya elección en el estado de Guerrero.
Estamos ante un virus igual de letal que el Covid-19, pero todavía peor porque no hay vacuna que haga entrar en razón a quien ha enloquecido en su afán de implantar por la buena o por la mala un nuevo orden nacional.
No son pocos los que simplemente no comprenden qué demonios sucedió, y dónde quedó el proyecto razonado y razonable que daría origen a un México con todas las posibilidades de progresar, de lograr por fin dar el salto que lo colocara en el nivel de los países que descubrieron la eficacia del trabajo inteligente, y dejaron atrás la terca idea de que solo con revoluciones se puede llegar a buen puerto.
El Covid-19, sus efectos en seres queridos, a muchos finalmente nos despertó a la cruda realidad, donde ya no es gracioso el que saca escapularios para conjurar al maligno y asegura que su fortaleza reside en la honestidad.
Un tiempo fue soportable, hoy no; hoy suena a burla, a una actitud poco respetuosa con tantas y tantas familias que han resentido los embates de la tragedia, muchas, muchísimas sin alternativa alguna.
Por eso hay alarma en los cuarteles de Morena, en los de su dueño, porque la realidad coloca a todos en su lugar, que en no pocos casos simplemente es el de la ignominia y la vergüenza.
Hoy habrá que levantarnos para continuar en esta historia donde algunos no han tenido la suerte de salvar la ilusión. La historia anunciada donde los más de 210 mil muertos estaban anunciados para evitarlos si se actuaba con inteligencia, o se hacían realidad si se procedía con absoluta negligencia e ineptidud.
Nadie se cansará de insistir que el cuidado de usted, de su familia, solo tiene un guardia real en cada uno de sus integrantes. Imposible pedir que el capitán de un barco que ha enloquecido pueda hacer algo por su tripulación.
Mil gracias, hasta mañana.