
Luego de salvar la tormenta
Luego que termine la pandemia (falta mucho, pero sucederá), todos tendremos que empezar a preguntarnos: ¿bueno, y ahora qué?
Por de un modo u otro el estado de emergencia permitió que otros asuntos igual de importantes fueran aplazados “hasta nuevo aviso”, y de pronto el peligro mortal de la enfermedad empezó a ser usado para justificar todo lo que se viniera a la mente.
Es así que cuando se trata de sobrevivir pocos comprendieron que esa posibilidad, luego de que la muerte no llegó, solo puede conseguirse con un empleo, un negocio que camine y un mercado que compre.
Tarde o temprano tendremos que despertar y aun cuando para muchos ya ha sido un abrir los ojos amargo y terrible, todavía prevalece la certeza de que no haberse agregado a la lista de difuntos es ganancia absoluta. Y por supuesto que lo es, pero el asunto necio y pesimista, es que además de amor también es necesario el maldito dinero.
Así que tendremos que esperar la vacuna de los hechos que una buena economía puede ofrecer.
Pero además en el plano personal de los mexicanos tendrán que analizarse muchas cosas, porque el aplazamiento de los problemas para estos momentos ya ha desembocado en el quiebre de buena cantidad de hogares.
Los que hoy ven como real la posibilidad de que la embarcación llegue a puerto seguro, empezarán a recordar que durante la travesía más de uno se portó como un verdadero miserable, otros con la soberbia encaramada a sus hombros y una inmensa mayoría simplemente listos para pasarla bien a expensas de los otros.
Así que tendrá que venir el ajuste de cuentas.
La pandemia nos dejó ver el mejor y el peor rostro de todos, y sin duda en muchos casos no gustó nada el segundo.
El temor a la muerte desata las confesiones inconfesables, la presentación de la verdadera cara, y ahora ya con la posibilidad de la salvación el arrepentimiento porque no era en serio, tan solo una broma.
Pasará lo mismo con los gobernantes, y tendrán que dejar bien en claro su actitud ante sus gobernados.
Después de la tormenta no vendrá la calma. Al contrario.
Roguemos porque no todo lo que se dice de la inminente caída económica del país sea cierto.
Mil gracias, hasta el próximo lunes.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta