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RETRATOS HABLADOS

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Rumbo a lo desconocido

No vienen buenos tiempos en el asunto económico para el país, el estado, el municipio, nuestras casas. La pandemia ha dejado muy en claro que intentar darle un manejo político a las enfermedades no solo es criminal, sino que trae como consecuencia un escenario del que difícilmente puede salirse sin saldos negativos, aun peor que los dejados por el virus.

La situación que vivimos ha puesto a prueba a todos, es decir a los gobiernos sean de derecha o izquierda, populistas o todo lo contrario, y empezamos a descubrir que prácticamente ninguno estuvo a la altura de las circunstancias, porque la vida no regresará a la “normalidad” ni ahora, ni después y tal vez nunca. Es decir que ya no seremos los mismos, y tampoco seremos presa fácil de los engaños.

El asunto económico, para los que sobrevivan, será el eje central de la reflexión, porque 2021 será todo lo que los malos augurios presagiaban, y a la pandemia de los pulmones lacerados y desvencijados, seguirá la de la falta de dinero para satisfacer hasta las más simples necesidades.

Muchos quisimos ser testigos de un cambio radical en la historia del mundo. Vea usted que nos ha tocado en suerte, buena o mala, estar en año exacto en que todo dejó de ser lo que era para dar un paso al frente de la incertidumbre como forma de vida.

De alguna manera la raza humana decidió dar un giro al camino que había seguido durante siglos y siglos, pero parece que este solo conduce a un despeñadero, es decir a la nada y eso es preocupante, sin duda alguna.

Por supuesto, la vacuna traerá un tiempo de aparente esperanza, comunión en sueños, y está claro que la sentida solidaridad hacia los que perdieron familia. Pero durará poco porque empezará a apretar la triste realidad en la que con o sin virus el futuro dejó de existir.

Así que ante todo los indicios de que lo que ya se asoma a la vuelta de la esquina no es bueno, mejor sería guardar fuerzas para intentar salir del atolladero en que caímos; mejor sería que la política práctica, esa en que se eligen diputados federales, locales, y todo eso que se supone ayuda al buen vivir de la ciudadanía, regresara a ser lo que debió haber sido siempre: una actividad ciudadana, en la que los ciudadanos deciden simplemente a quién los representará.

No será así, por supuesto.

La maquinaria del poder, hoy en manos de quienes siempre se quejaron de una maquinaria amafiada y otras cosas, pulsa el sentir del pueblo para saber si ya es tiempo de poner en marcha el antiquísimo juego de las apariencias. Porque encima de la vida misma siempre ha estado el poder, el poder que enerva y enloquece.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta