RETRATOS HABLADOS

Simplemente seguir adelante

Termina el primer mes del 2021. No, nada ha cambiado. Solo la esperanza, que, por supuesto no es ningún partido político, mantiene a los mexicanos de pie y con una voluntad única para vencer al virus más mortífero de cuantos nos han atacado, en el que se incluye la corrupción y la tendencia enfermiza a mentir de quienes han despachado y despachan desde Palacio Nacional.

No es querer caer en los lugares comunes y mucho menos en los calificativos que de pronto se pusieron de moda para querer decir, como “todos los mexicanos son unos guerreros”, porque seguramente somos todo eso y mucho más, pero por favor que ningún hijo de la motivación personal se atreva a calificarnos de “guerreros”.

Somos mexicanos y con eso basta para entender que pese a todo mantenemos la esperanza, los que deben hacerlo salen a la calle para ganarse el sustento de todos los días, y no esperan que las autoridades les obliguen a usar tapabocas, porque desde el principio se cuidaron pese a la irresponsabilidad de los que invitaban a seguir como si nada.

La solución en casos de crisis absoluta nunca serán los gobiernos, que tal vez lo mejor que puedan hacer es no estorbar y hacer uso del sentido común por encima de sus intereses políticos. 

Es como siempre el ciudadano, el que herencia de sus padres y abuelos sabe que la única forma de regresar a cierta normalidad es con la certeza de que nunca jamás espera que le digan, “ponte el tapabocas”, para hacerlo, y que ante la tragedia busca la forma de continuar, simplemente continuar.

Todos hemos sido testigos de los momentos posteriores a la muerte de un familiar cercano, el papá o la mamá, y que cuando pareciera que todo, absolutamente todo ha perdido su razón de ser, siempre surge la palabra y acción de una tía que pone en marcha los mecanismos para algo simple pero vital: alimentar a la familia doliente que no sabe a ciencia cierta qué hacer, pero es salvada por alguien que simplemente aplicó un principio vital del sentido común.

El duelo empieza a hacerse menos cuando se arranca la marcha hacia la normalidad si así se le quiere nombrar, ya sin la presencia de quien se fue. Pero se tiene que hacer, porque otra actitud es simplemente aceptar que todo se acabó y ya no hay rumbo ni destino.

Así hemos sido testigos de la lucha diaria de miles y miles de familias que pese a la terrible tragedia decidieron que no podían quedarse pasmados y esperar a que una autoridad cada vez más disminuida, los llevara a la tarea de sobrevivir. De haber procedido de ese modo hoy mismo México ya habría perdido buena parte de su población

Nadie como los habitantes de este país nuestro para ejercer a pleno derecho su vocación por vivir, por no capitular ante nada ni nadie. Y para eso no hace falta un iluminado en el poder ni nada por el estilo, sólo que deje hacer lo que una inmensa mayoría hace porque así fue educada en su casa por sus padres y abuelos: seguir adelante.

Termina el primer mes.

Anímese, si a estas alturas puedo escribir y usted leerme, ya la llevamos de gane. Con todo y que tal vez se hayan perdido familiares muy cercanos en el camino, téngalo por seguro que siempre le habrían dicho que viviera, que dejara para las fiestas de noviembre invocar a la muerte.

Anímese. Vamos de gane y ojalá pueda saludarle si los dos, los muchos, sobrevivimos y nos enorgullecemos de seguir adelante, simplemente seguir adelante.

Mil gracias, hasta el próximo lunes.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta

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