RETRATOS HABLADOS

* Francisco Xavier, miseria de la política

 

En la política, como en todas las actividades humanas, hay de payasos a payasos. Unos hasta resultan graciosos, otros de plano generan la repulsa general porque buscan hacer reír con un repertorio caduco que intentan actualizar a través de todas las leperadas habidas y por haber. Y no es porque sean lépero, sino que quieren verle la cara al respetable, como se conoce al público que tiene la desgracia de acudir a sus presentaciones.

            Algo similar pasa con el ex cantante Francisco Xavier, que llamó a los medios de información a conferencia de prensa, y anunciar que emprenderá una jornada de contacto con la ciudadanía de los 84 municipios del estado, a fin de conocer sus necesidades. Aclaró que no es su objetivo central buscar algún cargo de representación popular, pero destacó que sí tiene, de nueva cuenta, aspiraciones.

            Vaya pues, un payaso con chistes y trucos muy viejos, y la certeza de que su público es estúpido.

            Se apunta, desde estos momentos, como posible candidato ciudadano, con la seguridad de que su pinta de artista le generará la simpatía de un buen número de personas, que verán con buenos ojos que un “compositor” de su nivel, tenga a bien representarlos.

            Una calamidad que puede multiplicarse en estos tiempos en que el ejercicio de la política está en uno de sus niveles más bajo y patéticos.

            Y es evidente que ante este panorama, todos, infinitamente todos, sienten que pueden lograr hacer realidad alguna de sus ambiciones.

            Porque resulta que el sujeto de marras ya fue en una ocasión Senadora de la República, y lo mismo ha funcionado como esquirol bajo las órdenes tricolores, que blanquiazules y todos los colores que usted mande y ordene.

            Por todo lo anterior sin lugar a dudas resulta preocupante el fenómeno de payasos que empezamos a observar. Algunos, repito, de abolengo, otros de carpas callejeras como el citado.

            Así las cosas la único y cierta reflexión que se puede hacer, es que la contienda por la gubernatura del año próximo será diferente en todo el sentido de la palabra a las que hemos visto.

            Diferente por el deterioro del trabajo político en un escenario difícil de entender, donde se dio el banderazo para que cada quien haga lo que le venga en gana, desde usar recursos de una institución educativa para dar vida a sus aspiraciones, hasta un personaje que como Francisco Xavier no quiere desperdiciar la oportunidad de hacerse de algún capital económico bajo el pretexto de querer servir sin mirar a quién.

            Cada cual sacará sus conclusiones de lo que hoy nos tocar ver, pero el hecho fundamental es que alguien debe hacer algo por dignificar el ejercicio de la política.

            Porque, aunque no se quiera aceptar, hay hombres y mujeres con un profundo sentido del servicio en estos menesteres, que han visto cancelada su oportunidad, aquí sí de servir, ante el arribo de arribistas cínicos como el citado.

            En algún momento el propio sistema los utilizó para sus fines, y les dio en bandeja de plata lo que no merecían.

            Hoy regresan por la simple y sencilla razón de que han visto la oportunidad de agenciarse recursos económicos de una manera fácil y con poco o nulo trabajo.

            La miseria de la política puede observarse en todo su esplendor en personajes como el hoy tan mencionado.

            Y eso, por desgracia, se traduce en una confianza aún mayor de los ciudadanos, que ya no saben qué entender ante estos hechos.

 

            Mil gracias, hasta el próximo lunes.

 

peraltajav@gmail.com

twitter: @JavierEPeralta

           

 

CITA:

Porque resulta que el sujeto de marras ya fue en una ocasión Senadora de la República, y lo mismo ha funcionado como esquirol bajo las órdenes tricolores, que blanquiazules y todos los colores que usted mande y ordene.

            Por todo lo anterior sin lugar a dudas resulta preocupante el fenómeno de payasos que empezamos a observar. Algunos, repito, de abolengo, otros de carpas callejeras como el citado.

 

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