Los “nadie” que llegaron a ser “alguien”
Imagine usted que el Presidente Andrés Manuel López Obrador es un gigantesco buque al que puede subirse (y también los suben) cuanto personaje raro de la política que desea probar ese filtro misterioso del poder sin hacer nada para ganarlo, como no sea apuntarse o hacer que lo apunten en una larguísima lista.
Algunos ya gozaron las mieles de convertirse, de la noche a la mañana, en un “alguien” cuando antes eran un “nadie” (para usar los términos navideños de El Grinch), y lógicamente ya hicieron llegar su solicitud para seguir en el cargo de dignos representantes de los hidalguenses en el Congreso de la Unión.
Dan por hecho que ese gigantesco buque al que se treparon repetirá la hazaña de hacer “alguien” a “nadie”, sin que por supuesto esto se aplique de manera generalizada a diputados federales y Senadores donde hay profesionales de la política y las leyes con todas las cartas de presentación necesarias, y que han derivado en un magnífico papel.
Sin embargo, lo que sorprende y ofende, es que legisladores que hoy ocupan una curul en el Congreso de la Unión, que se han distinguido por una mediocridad cínica, y sobre todo porque ya llegaron a creerse los y las estadistas de talla internacional, cuando no intentaron siquiera hacer una mínima protesta por la disminución de recursos económicos en el Presupuesto de Egresos del gobierno federal para 2021, y por el contrario al unísono votaron a favor de que eso sucediera, quieren repetir.
No hubo rubor ni vergüenza para acatar la orden del jefe de su bancada y dejar en una situación complicada a la entidad en el año que ya se asoma a la vuelta de la esquina.
Y a lo anterior hay que sumar un hecho real: su preocupación fundamental fue y es defender hasta la ignominia los intereses del líder del Grupo Universidad, que logró treparlos al buque de las ilusiones sin merecimiento alguno al interior de un partido patético en la entidad hidalguense como es Morena.
Porque un hecho concreto es que en los comicios federales del año próximo ningún partido político puede ni debe aplicar estrategias parejas, como si fueran a enfrentar de nueva cuenta un buque invencible al que con el hecho de subirse, puede transformar a verdaderas nulidades en candidatos ganadores. No va a ser así, pese a las encuestas que sitúan con una amplia preferencia a AMLO. Y ahí está el asunto, sitúa a AMLO, no a inútiles que buscan ya repetir en la curul por ese pase mágico que les funcionó pero que ya no funcionará.
Y lo mismo debe aplicarse en los partidos opositores, que de pronto dieron por hecho que debían hacer una alianza bizarra en todo el territorio nacional, cuando hay Estados de la República que simplemente pierden en automático su pretenden unirse porque dan por perdida la elección, según ellos, si van solitos.
Al menos en Hidalgo la fórmula resulta en un absurdo, y la tendencia es que el Partido Revolucionario Institucional va a perder más de lo que pudiera ganar con semejante coalición, bolita montonera o como se le quiera llamar.
Porque no hay necesidad. Así de simple. Morena es un cadáver ambulante en la entidad, un adefesio que camina sin dar pie con bola, una especie de Frankestein abandonado a su suerte, hoy también por el único personaje político que cuando menos tenía en claro como manipularlo a su gusto para sus muy personales intereses, y que está preso en el penal de El Altiplano.
Luego entonces, ¿para qué hacer bolita montonera con otros no tan confiables, si el supuesto rival sigue tirado en la lona? ¿No se antoja mucho terror del PRI al buque invencible que convierte en honestos y luminarias a cuanto charal logra treparse en su cubierta? ¿No han caído en la cuenta de que el ciudadano ya distinguió que el peso de su voto puede llevar al poder a un Presidente-Emperador, para luego corregirle el camino con un Congreso que limite acciones para que vuelva a ser un simple Presidente?
Mil gracias, hasta mañana.
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@JavierEPeralta