CINE DE HOY

Los buenos amigos de la distribuidora Caníbal nos invitaron a la premier de Tangerine, un filme independiente de Sean Baker del que había hablado mucho en el Festival Sundance, ya que la cinta fue filmado totalmente con cámaras de teléfonos celulares y sus principales actrices fueron las primeras transexuales en estar nominadas.

La acción transcurre en los barrios bajos de Los Angeles, principalmente los lugares “donde hacen la calle los transexuales”.

Sin Dee (Kiki) queda libre luego de pasar 28 días en prisión, por haber ocultado las drogas de su prometido y proxeneta, para que éste no fuera acusado de narcotraficante.

La única que va a recibirla es su mejor amiga (Mya Taylor), quien está enfocada en la presentación que hará esa noche en un bar local, y a la que invita a todo el mundo.

Por ello, se le sale revelar que el novio la ha sustituído por una prostituta blanca llamada Deidre.

Enardecida, Sin Dee decide salir en busca de la usurpadora “para darle su merecido”, por lo que recorrerá todos los barrios frecuentados por las prostitutas a las que acuden clientes como un taxista armenio, que finge llevar una vida normal con su esposa y su pequeña hija.

Las cámaras portátiles de Baker cumplen perfectamente su cometido y retratan fielmente un bajo mundo que pocas veces había sido llevado a la pantalla grande.

Tangerine resulta pues un sórdido retrato del mundo transexual, con algunos toques humorísticos, pero también es un entrañable canto a la amistad y a la solidaridad.