Retórica: ¿Cuál reducción de las tarifas eléctricas?

Desde que inició este año la propaganda del gobierno federal se centra en el benéfico que están recibiendo los hogares con la reforma energética, centrada en la reducción de las tarifas eléctricas. Para quienes hemos sido victimas de la corrupción imperante dentro de la extinta Luz y Fuerza del Centro (LYFC) y ahora de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la publicidad sobre la reducción de las tarifas eléctricas no pueden hacer otra cosa que provocar ira y rechazo a una política sobre la venta de energía eléctrica a los hogares mal llevada. En particular, porque se basa sobre el supuesto de la ignorancia de la mayoría de los ciudadanos y ofende la inteligencia del pueblo.

 

 

El 1 de enero de este año se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF), el Acuerdos (Acuerdo 015/2014 ) que autorizan o modifican tarifas eléctricas y “se establecen las tarifas finales de energía eléctrica del suministro básico a usuarios domésticos”.En él se dice que “Esta tarifa se aplicará a todos los servicios que destinen la energía para uso exclusivamente doméstico, para cargas que no sean consideradas de alto consumo de acuerdo a lo establecido en la Tarifa DAC, conectadas individualmente a cada residencia, apartamento, apartamento en condominio o vivienda”, de acuerdo a lo publicado.

 

La Tarifa Doméstica de Alto Consumo (DAC), es la tarifa que aplica la CFE cuando “el consumo bimestral promedio registrado en los últimos 12 meses es superior” a 500 kWh/bimestre. Lo que implica que una vez que un hogar entra a esta tarifa se verá obligado a pagar por la energía eléctrica su costo sin ningún subsidio del gobierno.

 

Las tarifas mensuales establecidas son $0.809, por cada uno de los primeros 75 kilowatts-hora, en la tarifa básica; por el consumo intermedio $0.976, por cada uno de los siguientes 65 kilowatts-hora y por el consumo excedente $2.859, por cada kilowatt-hora adicional a los anteriores. Se supone que en la temporada de verano, las tarifas anteriores deberán ser de $0.711por cada uno de los primeros 100 kilowatts-hora, dentro de la tarifa básica; por el consumo intermedio se deberá pagar $0.839 por cada uno de los siguientes 50 kilowatts-hora y por el consumo excedente $2.859, por cada kilowatt-hora adicional a los anteriores.

 

Cuando uno analiza la evolución de las tarifas en los años que lleva este gobierno, se observa que las aplicadas en enero-marzo de 2013 fueron de 0.761 la tarifa básica, 0.934 la tarifa intermedia y  2.718 para el consumo excedente. Sí las comparamos con las cobradas en enero-marzo de este año, de 0.809 la tarifa básica, de 0.976 la tarifa intermedia y de 2.859 la tarifa excedentaria, observamos un incremento de 6.31% en la básica, de 4.50 en la intermedia y de 5.19 en la excedentaria. Solo en 2014, esas mismas tarifas se incrementaron en 1.76% la básica, en 1.04% la intermedia y en 1.17% la excedentaria. Solamente en la tarifa básica que se pagaba en el periodo noviembre 2009 – enero 2010, de 6.85, se ha producido un incremento de 20.44% y en la tarifa intermedia que se pagaba en el período marzo-mayo 2010, de 0.828, que hoy es de 0.996, el incremento es de 20.29%.

 

De cuánto es realmente la reducción de las tarifas, después que las han venido aumentado hasta diciembre de 2014. Si comparamos las tarifas que cobraba la CFE a diciembre de 2014 con las cobradas en marzo de este año, la reducción de la tarifa básica es de 1.94%, en la tarifa intermedia es de 2.01% y la tarifa por consumo excedente disminuyó en 1.99%.

 

Esas supuestas reducciones, en realidad, se neutralizan frente al incremento de las tarifas de enero-marzo 2013 a enero-marzo 2015, pues en ese período la básica se incrementó en 6.31%, la intermedia en 4.50% y la excedentaria en 5.19%. Sí a esas tarifas les descontamos las reducciones recientes ¿Quién gana realmente, los ciudadanos o la CFE?. La empresa del Estado obtiene incrementos positivos a su favor en las tarifas de 4.37% en la básica, de 2.49% en la intermedia y de 3.20% en la excedentaria.

 

Las reformas y sus beneficios, la reducción de las tarifas eléctricas se están convirtiendo en retorica en los discursos y en la publicidad del gobierno en los medios de comunicación. Pues no sólo es falso que exista una reducción en las tarifas, sino que los cobros que realiza la CFE a los hogares son excesivos e injustificados en muchos casos, pese a que muchas familiar han aplicada todas la recomendaciones para hacer un uso eficiente de la energía, invirtiendo focos LED y aparatos eléctricos con bajo consumo de energía. Lamentablemente, cuando las familias reclaman a la CFE no existe una respuesta razonable, sino la coerción de parte de sus trabajadores, quienes justifican sus cobros diciendo “eso fue lo que consumió” y “si no quiere pagar cancele el contrato”.

 

Absurda posición de la CFE y sus empleados, pues en las condiciones actuales el suministro de energía eléctrica constituye un bien público colectivo bajo la responsabilidad de Estado, él es quien debe establecer las medidas para suministrarlo a todos. Pero si la seguridad pública es un bien publico colectivo puro, que debe otorgar a todos los mexicanos el Estado, y no puede hacerlo, pedirle que haga lo correcto con el suministro de electricidad es un sueño. Por lo que habrá que seguir pagando lo que cobre a la CFE y escuchando un discurso sin fundamento que se burla de la inteligencia de los mexicanos.

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