Un temor que crece
● El empresario mantiene el pulso en el partido tras una cascada de rechazos
Que el vicepresidente del país, Joe Biden, calificara de “agresión sexual” las actitudes hacia las mujeres del candidato presidencial, relatadas por el mismo Trump en un vídeo de 2005, da una medida de la gravedad del asunto. Que alguien como Condoleezza Rice, secretaria de Estado con el republicano George W. Bush, exclamara “¡Basta! Donald Trump no debería ser presidente. Debería retirarse” también refleja el punto de inflexión.
Donald Trump mantiene su pulso con el Partido Republicano mientras una inédita cascada de deserciones presiona para que retire su candidatura tras la filtración de un vídeo con comentarios denigrantes hacia las mujeres. Muchos pesos pesados republicanos temen perder la elección presidencial y que también se les vaya por el camino la Cámara de Representantes, que controlan ampliamente, y el Senado, donde su mayoría es mínima y que se renueva en un tercio. A ello obedecen muchas de las retiradas de apoyos por unos exabruptos de 2005, cuando tantas ofensas previas no levantaron tal tormenta.
Salvo que Trump fallezca o decida retirarse por propia voluntad, los republicanos tienen prácticamente imposible librarse del hombre que les representa como candidato a presidir EU. Y eso, desde el viernes, ha sembrado el pánico ante una posible victoria arrolladora de Hillary Clinton, impulsada por el último escándalo del empresario neoyorquino, el más clamoroso hasta ahora, a un mes de las elecciones. Además de la presidencia, está en juego el Congreso (integrado por el Senado y la Cámara de Representantes) y los republicanos temen que quien el fin de semana haya decidido no votar por Trump se quede en casa y tampoco apoye al partido.