Dinámica Educativa
(Tomado del documento homónimo publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO)
“La creatividad, la innovación cultural y los jóvenes.
En estos últimos años han surgido nuevas formas de expresión cultural y artística, que son el resultado de la aculturación impulsada por el aumento de la conectividad y el intercambio cultural en el mundo entero. Este proceso se debe en buena medida a los jóvenes. Asistimos a la expresión de una nueva estética pública, rica por su pluralidad inherente, y observamos unos deseos nuevos de innovar las formas en cada uno de los ámbitos propios de la juventud, desde la moda hasta la alimentación, la música y las relaciones personales.
Los más de mil millones de jóvenes con edades comprendidas entre los 15 y los 24 años que hay hoy en el mundo son la generación más informada, activa, conectada y móvil que ha existido nunca. Según estimaciones, más del 90 % de la población joven mundial actual entre los 18 y los 24 años de edad participa en algún tipo de medio de comunicación social, como Facebook y Twitter. Los jóvenes pasan mucho tiempo visitando los medios sociales y transmitiendo los resultados de sus exploraciones.
De este modo se crea un entorno que facilita el entendimiento de otras culturas y el interés por cuestiones de estética en el mundo entero, lo cual lleva al reconocimiento de la importancia que otros sistemas de conocimiento tienen. La diversidad cultural ha ido adquiriendo cada vez más importancia como fuente de invención e innovación; en la actualidad es un valioso recurso al servicio de un desarrollo humano sostenible.
Estudiar alternativas.
Reconocer la diversidad de cosmovisiones en un mundo plural.
Es esencial estudiar las distintas maneras de enfocar el progreso y el bienestar de la humanidad cuando nos confrontamos a la complejidad de las actuales pautas de desarrollo. Es importante destacar la diversidad de las sociedades, tanto en el Norte como en el Sur del planeta.
La diversidad cultural es la mayor fuente de creatividad y riqueza de la humanidad. Entraña maneras distintas de ver el mundo. Ofrece enfoques diferentes para la solución de problemas que nos afectan a todos y la valoración de aspectos fundamentales de la vida: el ecosistema natural, la comunidad, la persona, la religión y la espiritualidad.
Debemos reconocer la diversidad de las realidades vividas, reafirmando al mismo tiempo un meollo común de valores universales. Puesto que la diversidad dificulta el logro de una definición y un enfoque internacionales, son muy bienvenidas las perspectivas que van más allá de los indicadores tradicionales relativos a la salud, la educación y el ingreso.
Desafortunadamente, las dimensiones subjetivas y contextuales inherentes a tan diversas concepciones del bienestar humano hacen que muchos de los actuales enfoques normativos sigan siendo parciales e inadecuados.
Integrar sistemas de conocimiento alternativos.
Hay que examinar alternativas al modelo dominante de conocimiento. Es preciso reconocer los sistemas alternativos de conocimiento y tomarlos debidamente en consideración, en vez de relegarlos a una condición inferior. Todas las sociedades pueden aprender mucho de cada una de las demás, gracias a una mayor apertura al descubrimiento y al entendimiento de otras cosmovisiones.
Hay mucho que aprender, por ejemplo, de las sociedades rurales de todo el mundo, sobre todo las autóctonas, sobre la relación de la sociedad humana con el medio ambiente natural. En numerosas culturas indígenas, la Tierra es considerada como la Madre. No se le puede hacer ningún daño a ella ni a ninguno de sus productos sin tener una razón válida, casi siempre relacionada con la supervivencia.
En muchas culturas, el ser humano es considerado un miembro de la naturaleza, igual en derechos y no superior a los demás seres vivos. Numerosas sociedades rurales tienen una concepción circular y no lineal del tiempo, relacionada con la producción agrícola, el avance de las estaciones y las fiestas y los ritos que refuerzan el bienestar espiritual de las comunidades.
En igual medida difieren los enfoques de la adopción colectiva de decisiones. Algunas sociedades recurren a la democracia y al voto para esas decisiones colectivas, incluso en grupos pequeños; otras sociedades buscan el consenso, lo que implica argumentar, debatir y convencer. Existen infinitas cosmovisiones distintas para enriquecimiento de todos, si estamos dispuestos a abandonar nuestras certezas y abrir nuestra mente a las posibilidades de otras explicaciones distintas de la realidad.
Es primordial recordar, al igual que hicieron pensadores como Frantz Fanon, Aimé Césaire, Rabindranath Tagore y otros, que cuando se privilegia una forma de conocimiento, se privilegia de hecho un sistema de poder. El futuro de la educación y el desarrollo en el mundo de hoy necesita que prospere el diálogo entre cosmovisiones distintas con el objetivo de integrar sistemas de conocimiento originados en realidades diferentes y crear nuestro patrimonio común.
Las voces del Sur tienen que ser oídas en los debates internacionales sobre la educación. Por ejemplo, en las comunidades andinas de América Latina, el desarrollo se expresa mediante la noción de sumak kawsay, vocablo quechua que significa ‘buen vivir’’. Este sumak kawsay, que tiene raíces en culturas y cosmovisiones indígenas, ha sido propuesto como concepción alternativa del desarrollo y ha pasado a formar parte de la Constitución de Ecuador y Bolivia.
El concepto de ‘depositarios’ del Mahatma Gandhi, según el cual somos responsables de las riquezas de la Tierra no como ‘propietarios’ sino como ‘depositarios’ de todos los seres vivos y las generaciones futuras, merece también tenerse muy en cuenta.
Reconsiderar la educación en un mundo caracterizado por la diversidad.
Es preciso pues reconsiderar la finalidad de la educación a la luz de una concepción renovada del desarrollo humano y social que sea a la vez justa y viable. Esta concepción de la sostenibilidad debe tener en cuenta las dimensiones sociales, medioambientales y económicas del desarrollo humano y las diferentes formas en que se relacionan con la educación: Una auténtica educación es aquella que forma los recursos humanos que necesitamos para ser productivos, seguir aprendiendo, resolver problemas, ser creativos y vivir juntos y con la naturaleza en paz y armonía.
Cuando las naciones toman medidas para que una educación así sea accesible a todos a lo largo de toda su vida, se pone en marcha una revolución tranquila: la educación se convierte en el motor del desarrollo sostenible y la clave de un mundo mejor. La educación puede y debe contribuir a un desarrollo sostenible mundial.” (Continuará).
*Rector de la Universidad Tecnológica Bilingüe de Mineral de la Reforma (UTMiR-BIS).