NUEVA YORK.- Uno de los futuros responsables del equipo de comunicación en la Casa Blanca de Donald Trump, Jason Miller, declinó esa posición porque su esposa está embarazada, aunque medios locales apuntaron ayer razones menos nobles.

Miller, que estaba actuando como uno de los principales portavoces del presidente electo, fue designado el pasado jueves director de Comunicaciones, pero decidió declinar la oferta porque ello le impediría estar más tiempo con su familia.

La esposa de Miller dará a luz en enero próximo su segunda hija y para su marido, según dijo en un comunicado, su familia será su “prioridad más importante ahora” y en esta etapa no puede asumir un puesto “tan exigente”.

Sus funciones serán ocupadas por Sean Spicer, también portavoz del equipo de transición presidencial y quien será el secretario de prensa de la Casa Blanca cuando asuma Trump, el próximo 20 de enero.

FAMA DE MUJERIEGO

Sin embargo, el diario neoyorquino The Daily News mencionó otras razones ligadas a la supuesta fama de mujeriego que tiene Miller y citó una serie de tuits de una colega que apuntan a un “escándalo sexual”.

MILLER, QUE FUNGIRÍA COMO UNO DE LOS PRINCIPALES PORTAVOCES DEL PRESIDENTE ELECTO DE EU, ANUNCIÓ QUE RECHAZA EL PUESTO PORQUE DESEA PASAR MÁS TIEMPO CON SU FAMILIA, AUNQUE VERSIONES EXTRAOFICIALES HABLAN DE UN ESCÁNDALO SEXUAL.