Home Nuestra Palabra Javier Peralta Renombrar la vida en este 2017

Renombrar la vida en este 2017

0

LAGUNA DE VOCES

En las festividades de Día de Muertos del año que acaba de terminar, un sobrino que es más hermano de mi nieta que tío, anunció con aire solemne su decisión de disfrazarse como el Jinete Sin Cabeza… pero con cabeza.
    Lo dijo con tanta seriedad que nadie se atrevió a corregir, lo que después vimos que no había necesidad de tal cosa. Porque en términos reales nadie se decapita por el simple hecho de querer ser el mejor disfrazado de la fiesta, y el hecho contundente es que efectivamente será muy jinete sin cabeza… pero con cabeza.
    “El Yus”, como le dice mi nieta Valentina, porque desde que era una niña de tres años ha sido su acompañante y le resultó impronunciable el nombre completo de Jesús, ha descubierto que la palabra crea y recrea la realidad, de tal modo que a nadie le sorprendió cuando preguntó a su hermana cuántos limones eran necesarios para hacer una jarra de agua de naranja.
    Sabe que en este mundo todo es relativo, y que los sabores finalmente existen en la mente de cada persona, si ésta tiene la capacidad de entender que solo alcanza a ver sombras de lo que es el mundo. Y por eso va por la vida todo despreocupado, y por eso se convirtió en hermano de la Vale, que se sabe segura a su lado y espera paciente que llegue el fin de semana para jugar en el jardín con otros amigos que también preguntan por “El Yus”.
    A cualquier persona adulta le gusta mirarse en los niños y niñas que rebozan de imaginación, y en todo lugar son capaces de construir mundos imposibles de adivinar, porque ni siquiera existen en al bagaje de fantasías olvidadas de los que ya crecimos.
    Porque a quién no le gustaría poder hacer estrellas luminosas con arena del mar, igual que “El Yus” intenta el jugo de naranja con el de los limones. A quién no le gustaría transformar como los viejos alquimistas cualquier objeto en oro.
    Así que no es un desacierto el intento del niño alquimista, por el contrario, adelanta lo que en un futuro podría ser, para intentar que el mundo que habremos de heredarles tenga la capacidad de transformar la realidad en una muy diferente, donde la violencia aparezca vestida de bondad, de esperanza, de todo eso que tanta falta nos hace.
    Renombrar la vida es algo que dejamos de lado por quién sabe qué razones. Y nos hicimos tan rígidos, tan exactos que corrimos despavoridos cuando alguien tiene la osadía de achacarle cualidades diferentes a un limón. Finalmente, lo sabemos, eso del signo lingüístico no es sino un convenio social que se hizo para entendernos, pero el tiempo ha mostrado que todo desembocó en lo contrario.
    Por eso lo que en un principio pensaba que eran ocurrencias de “El Yus”, empiezo a entender que son intentos reales por darle un poco de inocencia a la realidad, de hacerla menos cuadrada, y sí en cambio más llena de posibilidades.
    Todos esperamos con impaciencia que antes de marchar al otro mundo nos sea concedido el don de las transformaciones, ese que puede hacernos entender que después de todo la vida no es tan seria como queremos creer. Que nos deja todas las oportunidades de hacerla a nuestro antojo, incluso cambiarle el nombre a las cosas, o esperar que de unos limones tengamos como resultado jugo de naranja.
    El asunto es que uno tenga la capacidad de mirar las cosas con ojos nuevos, igual que el año recién empezado, y de este modo nada nos causará espanto o temor. Porque sin duda podemos, debemos renombrar la realidad si tanto nos duele.
    Y ese puede ser un objetivo central del 2017: ser igualitos al Yus. Es decir volver al tomarle el gusto a la vida, andar sin preocupación de lo que la gente diga; sé decirle a la luna estrella y la estrella luna, al firmamento mar, y al mar firmamento. Al amor amor, y al odio nada.

Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
twitter: @JavierEPeralta

CITA:
Y ese puede ser un objetivo central del 2017: ser igualitos al Yus. Es decir volver al tomarle el gusto a la vida, andar sin preocupación de lo que la gente diga; sé decirle a la luna estrella y la estrella luna, al firmamento mar, y al mar firmamento. Al amor amor, y al odio nada.