El acné es uno de los trastornos de la piel más comunes y no siempre fácil de combatir, ya que existen muchos factores que pueden provocarlo: desde desequilibrios hormonales, como los que se da en la adolescencia y el periodo menstrual, hasta problemas circulatorios, infecciosos o el propio estrés.
Dieta saludable contra el acné
La alimentación tiene un papel muy importante en nuestra salud, y no lo es menos en este caso. Es importante que incluyamos en nuestra dieta alimentos sanos, poco grasos y depurativos, y eliminemos o evitemos la comida basura y grasa, ya que favorece la aparición de acné.
Alimentos a evitar
Elimina o reduce el consumo de alimentos refinados y procesados, ricos en grasas trans (bollería industrial, margarina…), los embutidos, la leche entera y los derivados lácteos grasos.
Alimentos beneficiosos
Beber abundante agua durante el día es también muy útil y beneficioso para combatir el acné, ya que nos ayudará a depurar el organismo y expulsar toxinas a través de la orina y no a través de la piel en forma de acné.
Remedios caseros para combatir el acné
Loción antiacné de aceites esenciales
Para prepararla necesitaremos aceite de jojoba (un aceite muy poco graso), aceite esencial de árbol de té (con excelentes propiedades antisépticas), aceite esencial de manzanilla (con grandes propiedades antiinflamatorias), aceite de palmarrosa (antiséptico, bactericida y cicatrizante) y aloe vera.
Mezcla una cucharada de aceite de jojoba con cinco gotas de cada uno de los aceites esenciales y una cucharada de pulpa de aloe vera. Guarda la mezcla resultante en un recipiente en el refrigerador y aplícalo cada mañana y cada noche sobre tu rostro.
Loción limpiadora de alcohol y romero
Esta loción antiacné es ideal para limpiar, desinflamar y secar la piel, perfecta para complementar el remedio anterior o para ser utilizada por aquellos que tengan la piel demasiado grasa y no les vaya bien la loción de aceites esenciales.
Aceite de romero
Para elaborar esta efectiva loción contra el acné lo único que haremos es, poner en un recipiente una taza de alcohol 96º (el que usamos para limpiar las heridas) y un puñado de romero. Cerramos el recipiente y lo dejamos macerar durante un mes en un lugar oscuro y seco. Pasados 30 días lo filtramos y nos lo aplicamos diariamente sobre la zona a tratar.