
La respuesta
Caminó por bastante tiempo, mientras lo hacía trataba de organizar los pendientes, también las dudas que iban cargadas de indecisiones, sin sabores, alertas, inseguridades y miedos.
En esta lucha de pensamientos que trataban de ubicarse en las prioridades, recorrió callejones, colonias, calles, baldíos, vías, algunas casas y comercios, vio perros, algunos gatos y también insectos.
Caminaba sin tener un destino fijo, simplemente era una estrategia para aclarar la mente y solucionar conflictos internos, para despejarse y activarse en cuanto volviera a la realidad y a su casa.
No hizo paradas simplemente caminó hasta que pudiera llegar a un lugar que le diera una pista de cómo solucionar el embrollo de situaciones y problemas, de sentimientos, pensamientos y emociones.
En ningún momento alzó la mirada para observar, solamente observaba sus pasos sobre la tierra y el pavimento, tampoco escuchaba pues se aisló del mundo al colocar sus audífonos que reproducían sonidos emanados de su celular que sostenía celosamente en una de sus manos.
Mientras tanto pensaba y dibujaba diversos escenarios con pros y contras para cada problemática sin decidir cuál era la mejor propuesta para solucionar cada uno de los temas que brotaban desordenadamente en su cabeza.
Estaba perdida mentalmente y caminaba en reacción a su cuerpo, así como lo hacen los personajes de ciencia ficción, un muerto viviente que respiraba porque era una función natural y propia de su organismo.
Mientras luchaba contra sus demonios llegó a un terreno vacío, fue ahí cuando se detuvo para ver a su alrededor, a lo lejos alcanzó a detectar a una persona sentada intentando inyectarse en el brazo, posiblemente una droga, pensó en el instante.
Se quedó parada, estática por varios minutos intentando descifrar la escena, hasta que observó que la persona desconocida, no sabía si era hombre o mujer comenzaba a convulsionar, su instinto la orilló a correr hacia ella para auxiliarla mientras en la desesperación trataba de llamar al número de emergencia.
Al llegar con la víctima nuevamente se quedó paralizada, y en su rostro comenzaron a deslizarse pequeñas gotas de agua salada, no lo podía creer, probablemente era una visión, la guía que tanto buscaba para solucionar sus enredos, o definitivamente se estaba volviendo loca.
La persona desconocida era ella, que yacía tirada en el piso con ojeras, descuidada y ya sin vida, y mientras la observaba con asombro las respuestas a sus problemas se organizaron, mientras el cuerpo desaparecía como arte de magia.