Regresando los tiempos 

Hacía tiempo que comer en familia no resultaba tan placentero, hacía años que una conversación recordando aventuras no era tan agradable.

Hacía tiempo que no reía a carcajadas, y que el celular con dichosos memes no era el origen de esas risas sinceras e interminables.

El comer en familia, que por cierto no era la mía, me hizo recordar los días de infancia, esos en los que el compartir los alimentos era un espacio sagrado, sabías de lo que pasaba con el trabajo de tus papás y ellos sabían de lo que ocurría en la escuela.

Ha pasado mucho tiempo desde que la nostalgia de una familia unida no llegaba a la mente, pero fue el momento preciso para comprender que pese a los tiempos y las nuevas tecnologías, el disfrutar de la comida en familia es esencial para la salud mental y emocional.

Si, ha pasado mucho tiempo, pero aun no es tarde para regresar a esos días en donde los alimentos pueden ser compartidos como se hacía antiguamente, en paz, sin tecnología, sin distracciones, con confianza, con amor y sobre todo demostrando que lo bien enseñado y vivido, puede bien enseñarse y bien vivirse.