Juntos

El mensaje esperado llegó, no con alegría sino con un fuerte dolor y decepción para el corazón, y fue cuando entendió que se debe tener cuidado al pedir algo al universo.

Así como lo recibió comenzó a enfrentarlo, tirando y quemando documentos, objetos, ropa y fotografías, que representaban anhelos, sueños, compromisos, proyectos y expectativas.

Por un momento tuvo calma y paz mental, se habían ido parte los recuerdos, sin embargo el dolor insistía en quedarse, se rehusaba a salir y desaparecer.

El otoño estaba por concluir y le estaba dando la bienvenida al invierno, el ambiente gélido anunciaba su llegada, con un cúmulo de sentimientos, memoria y nostalgia que abonaba al tenaz dolor.

Las hojas caían, y con ello, las fuerzas de salir del hoyo que había cavado, y antes de que llegara el periodo decembrino un milagro venía en camino, obsequio de la vida que si bien significaba nuevos bríos también la permanencia del dolor, hasta que se convenció que la alegría y el sufrimiento pueden ir juntos, de la mano.