El remedio
Los desperdicios, la basura, la podredumbre pueden ser algunas de las causas de una infestación de moscas, insectos que se congregan cuando encuentran una fuente de alimentación.
Una semana atrás, el ambiente estaba limpio, sin especies voladoras molestas, en el vecindario se mantenía la normalidad y la rutina.
En el transcurso de los días, estas pequeñas especies comenzaron a deambular, y los vecinos buscando las razones llegaron al acuerdo de rociar con cloro las bolsas con basura generadas en la semana, intensificar la limpieza de las áreas comunes y rolarse para el lavado del contenedor de residuos sólidos ubicado a la entrada de la privada.
Pese a los esfuerzos para alejar y eliminar a los insectos, seguían pululando, aunque la zona de su existencia se había reducido a un pequeño espacio, la casa ubicada a mitad de la privada, el hogar de Don Javier, un adulto de 60 años que vivía solo, sus hijos lo visitaban cada quince días.
Los vecinos no entendían el por qué tanta mosca entraba y salía de la casa, desde afuera todo se veía en aparente calma y lo que sabían era que el amable anciano saldría a visitar a un familiar, por eso pensaban en la posibilidad que el dueño de la casa había dejado una ventana o puerta del patio trasero abierta, dejó basura al interior o bien algún animalito callejero como un gato o por el contrario una rata, había muerto.
Ya había pasado una semana y el problema continuaba, aunque se le sumaba un olor fétido, y en una nueva reunión de vecinos acordaron llamar a las autoridades para abrir la casa y saber la razón del foco de infección; esa misma tarde los policías acudieron al llamado, entraron al domicilio, encontrando maletas listas a la entrada y al fondo de la sala una nube de moscas sobre un cuerpo hinchado.
Don Javier yacía tirado, y la necropsia arrojó atragantamiento como la causa de la muerte, en su garganta había un pedazo de manzana, remedio al que acudía para equilibrar la baja presión que padecía, remedio que también le arrebató la vida.
