Mitomanía
-Ya no tienes por qué engañarme, tú y yo estamos separados, simplemente quiero la verdad, si lo reconoces no pasará nada, así que sólo sincérate, di todo, de esta manera también te desahogas y ya no tienes que esconderte de nadie.
Preguntaba una mujer a su reciente ex esposo, tenía cerca de dos meses que se habían separado porque le encontró fotografías con una mujer, con lo que comprobaba la infidelidad, de ese entonces, su esposo.
-Ya te dije que no es cierto, no era yo, ese fin de semana estuve en curso como te dije yo no sé qué afán tiene tu amiga de asegurar que era yo, además a esa vieja ya no la he visto, ya te dije que tiene mucho que no la veo ni tengo contacto con ella, pero si le quieres creer a ella, no me importa.
Contestó el señor enojado, por la supuesta difamación, de haber salido con su amante en pleno cumpleaños de su hija.
-Es que todo indica que es cierto, me dieron las características de la vieja, luego con una foto comprobaron que era ella, y a ti te conoce de años, ni modo que te haya confundido, solo que tengas un gemelo. -replicó la señora aún más enfadada.
Agregó -mira ya te dije que si estás saliendo con ella solo tienes que decirlo, ya no va a pasar nada, ni reclamaré, ni haré panchos, simplemente arreglamos bien las cosas, llegamos a un acuerdo por el bien de nuestros hijos.
-Mira, ya no tengo porqué darte explicaciones, y lo que quieras hacer hazlo, la verdad es que no me importa, no me echaré la culpa por algo que no hice, así que haz lo que tengas que hacer.
La señora aún se quedó pensativa, aún consideraba que pudo haber sido un error después todo de aclaró, en el trabajo de su ex pareja le confirmaron que no había ido a ningún curso, mientras que después le llegaron fotografías en donde estaba con ella en un hotel.
Acudió con un abogado a que la asesorara, comenzó con todos los trámites legales; poco tiempo después, el mitómano de acercó con la señora a pedirle que no le quitará sus hijos y tampoco su dinero porque no tenía con qué vivir.
-Dile a tu vieja que te mantenga, y de tus hijos ni lo pienses, te di la oportunidad de aclarar las cosas, aún así me echaste la culpa y juraste que no eras tú, estas son las consecuencias de tu mitomanía.