Home Nuestra Palabra RELATOS DE VIDA

RELATOS DE VIDA

0

 

¿Una pesadilla?

Recuerdo brevemente que solo cerré los ojos y me dispuse a descansar, el día había resultado totalmente cansado, mi deseo era dormir y descansar plácidamente en mi departamento, y no despertar hasta que la cama me escupiera por tantas horas de haber reposado en ella – comenzó su relato Maribel.

Empezaba a lograr un sueño placentero, cuando el sonido del crujir de la vajilla, vasos, cuadros y las repisas, colocadas cuidadosamente, al momento de impactarse con el piso me alertaba de que algo sucedía, mi conciencia me llamaba a levantarme a ver lo que sucedía, pero mi cuerpo se rehusaba, estaba completamente agotado – continuó angustiada.

Los golpes me negaban mi derecho de dormir, existía una lucha entre la realidad y la fantasía, en ese preciso momento no podía reconocer en donde me encontraba, iniciando lo que sería una pesadilla recreada por mi mente y miedo, o bien era parte de un episodio que en verdad sucedía, pero que también sería una pesadilla – prosiguió la joven mujer, ya con lágrimas en los ojos.

Finalmente, el estruendo, los gritos y la caída de mi cama por una fuerte sacudida me regresó del limbo en el que me encontraba, todo estaba tirado y aún seguía temblando; minutos después el techo cayó encima.

-¿Recuerdas lo que pasó después de eso?- Cuestionó una voz que parecía conocida- Seguramente perdí el conocimiento por varias horas, cuando nuevamente mi mente intentaba ubicarse en la realidad, todo estaba oscuro, comencé a toser, la garganta me ardía un poco por el polvo de alrededor – narró haciendo pequeños espacios.

– Escuche una serie de crujidos más y en la lejanía varias voces que pedían señales de vida, traté de aclarar la vista y logré ver una pequeña rendija con luz, para mi un rayo de esperanza, como pude liberé mi mano y la asomé por lo que significaba una oportunidad- manifestó Maribel con un tono de alivio.

-Veo una mano, aquí hay otra persona-  alcancé a escuchar entre los escombros, enseguida júbilo, aplausos y una esperanza desbordada en cada estirar de mis dedos y enseguida la voz de lo que para mi fue un ángel -te vamos a sacar, aguanta, ya estamos aquí para salvarte.

– Y cumplí mi promesa- interrumpió la voz casi conocida para ella, la de aquel ángel que le salvó la vida, el rescatista que por más de 24 horas y con apoyo de vecinos y la ciudadanía, lograron sacarla de entre los escombros, al igual que a 15 personas mas.