Un cumpleaños explosivo

Luis estaba emocionado, ese día no era cualquier otro, en unas horas festejaría un año más de vida, en el que precisamente alcanzaría la mayoría de edad; y lo pasaría con su novia María, seguramente en un lugar romántico; aunque se le hacía extraño que aún no recibiera llamadas o mensajes de sus amigos.

La razón desconocida para Luis, es que ellos ya se encontraban en una casa rentada por un dia para organizarle una gran fiesta; algunos inflaban y colgaban globos, otros más colocaban serpentinas, un grupo más seleccionaba la música; mientras que algunas mujeres terminaban de preparar la botana y decorar el pastel.

Aún faltaban compañeros de escuela y algunos familiares por llegar al lugar indicado para ofrecer la fiesta sorpresa a Luis, en la que era cómplice María.

El festejando estaba terminando de arreglarse, y su novia había llegado, concretándose el encuentro partieron juntos a un centro comercial por un helado para después de una hora dirigirse a la reunión bajo el pretexto que tenía que ir a dejar unos encargos a casa de una amiga.

Durante el trayecto María envió un mensaje a los invitados que ya iba en camino y se alistaran; mismos que atendieron la instrucción buscando lugares para esconderse y encendiendo las velas del pastel con el que recibirían a Luis.

Al cabo de un momento escucharon el timbre y la persona designada salió a recibirlos, y al momento de entrar a la casa el grito de “sorpresa” alertó al festejado; aunque la sorpresa mayor fue cuando al acercar el pastel con las velas encendidas se cruzaron algunos globos que inmediatamente estallaron espantado a los invitados y principalmente al portador del postre, el cual salió volando cayendo precisamente en Luis.

Después de unos minutos de silencio, todos comenzaron a reír y felicitar a Luis, quien no tuvo más remedio que disfrutar del momento y agregarlo a su lista de anécdotas.