Reino Unido invadió Irak “sin agotar opciones”

Las estupideces de políticos bélicos y sus consecuencias
●    El ‘informe Chilcot’, elaborado durante siete años, concluye que la información sobre las armas de destrucción masiva se presentó “con una certeza no justificada”

Blair reconoció en octubre pasado que no supo prever el caos que se desataría tras el derrocamiento de Sadam Husein, y admitió que dicho caos puede haber contribuido a la aparición y crecimiento del Estado Islámico
Londres.- Tony Blair decidió participar en la invasión de Irak en 2003 “antes de agotar todas las opciones pacíficas” y basado en “inteligencia defectuosa” que “se presentó con una certeza que no estaba justificada”.
Esas son algunas de las conclusiones, devastadoras para el ex primer ministro laborista, del informe Chilcot, presentado ayer, que recoge siete años de investigación independiente sobre la participación de Reino Unido en la guerra de Irak.
John Chilcot presentó las conclusiones de la investigación que dirigió. Empezó recordando a los muertos y heridos en Irak, incluidos los 250 fallecidos en un ataque el pasado fin de semana. “Reino Unido “no agotó las opciones pacíficas” antes de unirse a la invasión de Irak que lideraba EU.
Los juicios sobre las armas de destrucción masiva, añadió, “se presentaron con una certeza que no estaba justificada”. La investigación concluye que EU y Reino Unido socavaron la autoridad del Consejo de Seguridad de la ONU, porque presionaron para la acción militar cuando las alternativas de resolución sin recurrir a la fuerza no se habían agotado.
El informe Chilcot desgrana el papel de las autoridades británicas en la intervención militar en Irak de 2003, uno de los capítulos más polémicos de Tony Blair en su etapa como jefe del Gobierno (1997-2007). Examina la actuación de Reino Unido en los meses previos al conflicto, en la propia guerra y en la gestión de sus consecuencias. Desde la invasión hasta el día de hoy, según los datos de The Iraq Body Count, el conflicto ha provocado 251.000 muertes, entre civiles y combatientes.
El informe incluye detalles de los papeles del Gabinete desclasificados, evaluaciones de la inteligencia que apuntaba, erróneamente, a que Irak poseía armas de destrucción masiva y de la correspondencia privada entre Blair y el entonces presidente de EU, George W. Bush, en relación con el conflicto y la base para la intervención militar.

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