Reinauguración de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos después de 54 años

Han pasado algunos meses, pero el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos y Cuba, anunciada por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, el 17 de diciembre de 2014, se producido finalmente. Este lunes 20 de julio, después de 54 años de interrupción de las relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos y Cuba, por fin se han reabierto oficialmente las embajadas en La Habana y Washington. En la capital estadounidense este lunes flota ya la bandera cubana, mientras que en la capital cubana se espera que el Secretario de Estado visite Cuba para izar la bandera de las barras y las estrellas, dejando la guerra fría en el pasado e inaugurando una nueva era en las relaciones entre los dos países, separados apenas por 90 millas, poco menos de 145 kilómetros.

Con la intermediación del Papa Francisco, el presidente estadounidense, Barack Obama, y el presidente cubano, Raúl Castro, han puesto fin al frío diplomático que congeló por años las relaciones entre ambos países, conduciéndolos al enfrentamiento militar en 1961 con la “Crisis de los Misiles”; años en los cuales desde el Pentágono se alimentó y financió la contra revolución, se alentó la deserción y la emigración, como instrumentos para desestabilizar la revolución cubana, tratando de evitar que se multiplicara en Latinoamérica; obviando que cada país tiene su propia historia y características particulares y que la revolución no es un producto de exportación, sino que nace ahí donde las contradicciones económicas y sociales la hacen posible, fructificando donde el pueblo quiere hacerlo, al margen de la voluntad de cualquier potencia, por poderosa que ésta sea.

Este lunes, los edificios que albergaran las secciones de intereses de los dos países, en cada capital, recuperaron automáticamente su estado de embajadas a las 04:01 horas GMT, como resultado de un acuerdo anunciado 30 de junio pasado. Así, la bandera cubana fue izada después de 54 años en el Departamento de Estado de los Estados Unidos, marcando la restauración histórica de las relaciones diplomáticas entre La Habana y Washington, mientras en La Habana sucedía lo mismo con la bandera estadounidense, poniendo fin a las hostilidades entre los dos países.

En Washington, se celebró una ceremonia el lunes en el edificio casi centenario de la misión cubana, a la que asistieron el canciller Bruno Rodríguez, efectuando así la primer visita como jefe de la diplomacia cubana desde 1959. Mientras que una importante delegación hacia su arribo con más de 500 invitados, entre ellos el trovador cubano Silvio Rodríguez y la subsecretaria de Estado de los Estados Unidos para América Latina, Roberta Jacobson, el jefe de la Sección de Intereses en La Habana, Jeffrey De Laurentis, entre otras personalidades. 

En La Habana, ninguna ceremonia fue programada para este lunes, pero el bloque de hormigón y cristal que conforma el edificio de la sesión de intereses estadounidense frente al Malecón habanero se convertía ahora en embajada, mientras los diplomáticos en su interior esperan la llegada de John Kerry en las próximas semanas y, seguramente, del presidente de los Estados Unidos. 

Recordemos que las relaciones diplomáticas se rompieron en 1961, y fue sólo en 1977 que Jimmy Carter y Fidel Castro acordaron abrir secciones de interés en las antiguas instalaciones de embajadas, principalmente para funciones consulares bajo la protección de Suiza para los estadounidenses en La Habana y de Checoslovaquia para los cubanos en Washington, hasta la disolución de la República de Checoslovaquia, lo que hizo que Suiza realizara el trabajo de  proporcionar para ambos países. 

Pero la normalización total de las relaciones no ha llegado aún con la reapertura de las embajadas y la eliminación de Cuba de la lista de países que apoyan el terrorismo el pasado 29 de mayo; quedan aún muchos temas pendientes, entre ellos el poner fin al bloqueo económico, es decir, el levantamiento del embargo económico impuesto por los Estados Unidos a Cuba, la devolución de la Base Naval de Guantánamo en manos de los estadounidenses desde principios del Siglo pasado, los miles de millones de dólares en indemnizaciones reclamadas por americanos a Cuba por las expropiaciones que hizo la revolución, la extradición de fugitivos y refugiados en Cuba, buscado por la justicia de Estados Unidos, la modificación ce la política migratoria estadounidense hacia los cubanos, entre otros problemas por solucionar. 

Es probable que la reapertura de las embajadas sólo sea el inicio de un nuevo camino de desestabilización de la revolución cubana, pero también puede ser el inicio del despegue económico de un país que hoy tiene todo para convertirse en una gran potencia económica, con un enorme capital humano, con un solido sistema de educación y de salud. Quizá, con un poco de inteligencia en el manejo de la relaciones diplomáticas entre ambos países y de tolerancia, este inicio de la relaciones entre ambas naciones puede ser fructífero para los negocios y el turismo para ambos, incluso para la explotación de los recursos petroleros del “Hoyo de Dona”, en el cual México también está involucrado

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